Tradiciones
Miles de devotos acompañan a la Virgen de la Sierra de Cabra en su tradicional «Bajá»
La Patrona egabrense llegará al caer la tarde a la ciudad con motivo de las fiestas patronales
![«Bajá» de la Virgen de la Sierra de Cabra de su santurario del Picacho](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2019/09/04/s/WhatsAppImage2019-09-04at17.22.50-kktF--1248x698@abc.jpeg)
Vuelve un nuevo cuatro de septiembre , cargado de sentimientos y emociones, repleto de nostalgias para el corazón de aquellos egabrenses que en la distancia esperan escuchar el repicar de las campanas de un santuario que se alza en el pico más escarpado de la serranía de Cabra .
Vuelve el crujir del metal sobre la madera al acompasado caminar, el perfume a nardo a reinar sobre las jaras, la polvareda a nublar el camino y el sudor a poblar la frente del peregrino.
Cientos de devotos participan, un año más, en la tradicional Bajá de la Virgen de la Sierra , a la que llevan en volandas hasta el pueblo donde es Patrona y Reina .
A las 16.00 horas ha comenzado la «Bajá», con el sonido de los vítores. Nada más salir al llanete trasero del Santuario, el templete ha sido alzado al cielo por los hombres que con mimo llevan sobre sus hombros a la Señora, comenzando un lento caminar que iría ganando en intensidad conforme avanzaba el tránsito por la carretera de acceso al Picacho y, más tarde, por el llamado «Camino Viejo» que atraviesa paisajes de sierra y olivares.
Visita a los enfermos
No han faltado caballistas que acompañan al paso de la Virgen, tampoco los aguadores que sobre un camión iban apagando la sed de los peregrinos ofreciéndoles un vaso de agua fresca.
Poco a poco el resplandor del templete va avanzando entre los quejigos primero y olivos algo más tarde, con pocas pausas, las marcadas para el descanso de costaleros y peregrinos también para el rezo de la Salve y las plegarias al compás de sevillanas. También habrá tiempo para que los enfermos del Hospital Infanta Margarita reciban su particular bendición cuando la Señora les dirija la mirada a su llegada al antiguo paso a nivel, antes de hacer su entrada en la ciudad, que se espera al caer la tarde.