José Javier Amoros - PASAR EL RATO
Chuflillas del agua corriente
La Diputación, a propuesta de Ganemos, debatió en el pleno si sus diputados debía beber agua embotellada o de grifo
A falta de asuntos importantes que tratar, porque todo va bien en Córdoba, el pleno de la Diputación se entretuvo el martes pasado en debatir sobre cuestiones de hidratación política: qué agua es la más adecuada para combinar con el cuerpo de los diputados en sus reuniones, si embotellada o de grifo. También podrían venir hidratados de casa, otro estilo. La propuesta partió de la única diputada de Ganemos, y portavoz, doña Ángeles Aguilera. Ganemos, Podemos, gobernemos, fastidiemos, y comamos y bebamos, que mañana moriremos. La gravedad del asunto exigió un informe de Ingenieros Sin Fronteras; con fronteras intelectuales, si se dedican a perder el tiempo en cosas así. Parece que el monólogo de la proponente fue discutido con calor por la mayoría de los presentes, sedientos de temas nuevos. Del sexo de los ángeles ya se ocuparon los eclesiásticos griegos en el siglo XV, y no hubiera sido inteligente, ni laico, repetir la tertulia. Ganaron los botellines por una mayoría despiadada. Algo de razón tiene la aguadora de Diputación, porque el agua de grifo pide la compañía de una jarra y un vaso, una estética de conferenciante antiguo, mientras que el envase de mineral sin gas tienta al usuario a llevarlo directamente a la boca, sin intermediarios educativos. A no ser que, por doctrina de centro ciudadano, se rellenen los botellines con agua del grifo, confundiendo a la naturaleza. No hay que discutir del agua, sino de la jarra y el vaso.
Una moción tan ingeniosa tiene que haber sido inspirada directamente por Pablo Iglesias, el azote de los periodistas. Resulta enternecedor que algunos medios de comunicación que contribuyeron a crear al genio, se quejen ahora de sus ataques. Cuando se regala un bastón a un tonto con pretensiones, se corre el riesgo de que no lo use para apoyarse, sino para agredir. A estas ocurrencias hay que darles el tratamiento literario adecuado, y es por eso que se ofrecen a continuación unas «Chuflillas del agua corriente», compuestas para ser recitadas o cantadas en las campañas electorales.
Con el agua que beben / los diputados, / abriría Ganemos / nuevos mercados. / Beben tan caro, / que ahorrando en su bebida, / se acaba el paro. / Gracia torera, / qué mente tan preclara / la de Aguilera. / Puso a pensar al pleno, / pensar potente, / si hacemos botellín / o agua corriente. / En estos tiempos nuevos, / la inteligencia / corre la misma suerte / que la conciencia. / Córdoba de los patios / y la Mezquita, / donde al agua la llaman / el fino Anguita. / Sabias maneras, / política del agua / por peteneras. / Humor a mares, / política del agua / por soleares.
Diligencia de Carmona, / que por Córdoba no pasas, / deja en la orilla del río / treinta vasos y diez jarras, / para que vaya a buscarlos / la Diputación formada. / Diligencia de Carmona, / que por Córdoba no pasas.
Echa vino, cordobés, / lo paga una diputada, / con el dinero que ahorra / del agua Solán de Cabras. / Echa vino, cordobés, / de grifo, no de la cata.
Si bebe el agua del río, / del diputado me fío. / Mas si bebe de botella, / interpongo una querella. / Indignación y protesta, / y España será una fiesta. / Y colorín colorado, / id con el agua a otro lado.