Certidumbres

Me animo a decirlo en este tiempo aciago en el que se nos va desmoronando la nación -nuestro ser colectivo- porque un presidente del Gobierno se empeña en mantenerse como tal a hombros de quienes quieren destruirla y no sobre la base de sus propios votos . Repelús al sufragio democrático, que sustituye por la insistente encuesta amañada, y acuerdo de conveniencia con quienes no respetan la Constitución, a cambio de retirarle la palabra al jefe del grupo mayoritario del Congreso, porque tiene el atrevimiento de describir la situación como un golpe de Estado . ¿Y de qué otro modo podríamos llamarla que no fuera eufemismo o mentira? ¿ De qué otro modo podemos calificar la actuación de Carmen Calvo , que ahora pretende distraer otros cuarenta mil documentos del Archivo de Salamanca -real memoria histórica de nuestro tiempo reciente-, donde ya estaban pendientes de devolución cientos de miles , que según el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña fueron indebidamente destinados a la incierta administración de la Generalidad, que probablemente sea la primera interesada en su desaparición? ¿Tal vez sería este « el mayor expolio patrimonial de la historia de Europa» , que diría nuestro también inefable Pedro García? Y mientras, nuestros socialistas regionales, en un consejo de ministros sevillano , para mayor agravio, se quedan sin financiación autonómica , sin infraestructuras y sin ayudas por el temporal. Andalucía, como si no existiera, porque de hecho solo existe Cataluña, que fue de lo que se habló en la Plaza de España, con sarcasmo.

Y mientras, nuestros socialistas provincianos se escandalizan porque nuestro obispo recomiende que cada uno se ocupe de lo suyo y, sin embargo, «se meta en política» lamentando la significativa pobreza de tres barrios de la ciudad, que en realidad son cuatro, según el INE, como sabe con certeza el señor Aumente, meritorio fariseo. Aprovechémos, pues, esta hora mágica, que no es de nadie, sino de cada uno, para ser libres por una vez e imaginar que votamos, cuando corresponda, en consecuencia. Acaso sea la hora de la verdad.