TRANSPORTE

El Cercanías de Córdoba arranca mañana con la apuesta por su viabilidad

El tren echa a andar este lunes entre la ilusión de los vecinos y la incertidumbre sobre su futuro

Un tren en el apeadero de campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba VALERIO MERINO

Irene Contreras

Han tenido que pasar años hasta que la promesa de un gobierno municipal cristalizara en el proyecto tangible del siguiente. El tren de cercanías que conectará las barriadas periféricas de Villarrubia, al Oeste, y Alcolea, al Este, se pondrá en marcha mañana lunes dejando de una vez atrás declaraciones cruzadas, pasos en falso, reuniones y reproches entre administraciones y plazos que se dilataban eternamente en el tiempo. El primero saldrá mañana de Villarrubia a las 6.40 horas y en 25 minutos habrá cruzado los 30 kilómetros que separan este barrio de las afueras de su antípoda cordobesa, Alcolea, tras realizar las correspondientes paradas en las estaciones de El Higuerón, Córdoba Central y Rabanales.

La puesta de largo del cercanías -media distancia, si se usa la terminología oficial- se hará, sin embargo, con algunas aristas aún por pulir. El elevado precio del billete o las dudas sobre el alcance real de la acogida real que esta nueva vía de transporte va a tener entre los ciudadanos son el telón de fondo sobre el que el convoy realizará sus viajes iniciáticos. Del otro lado está la ilusión de los vecinos de Alcolea, El Higuerón y Villarrubia, que celebran la que puede ser, si el «invento» sale bien, una importante mejora en su conexión con el Centro de la ciudad.

Las paradas

Esa es, precisamente, una de las limitaciones que presenta el servicio, que arranca con sólo cinco paradas a lo largo de su recorrido: Villarrubia, El Higuerón, Córdoba Central, Rabanales y Alcolea. Los vecinos de las barriadas periféricas podrán hacer uso del cercanías para transportarse hasta el centro o hasta el campus universitario, pero aún necesitarán de la conexión con otro medio de transporte para desplazarse a otros puntos de la ciudad. Esta realidad no pasa desapercibida para los futuros usuarios del servicio.

«No todo está en el Centro», apunta un vecino de Villarrubia, que aguarda la llegada de la línea O-2 en la parada de Córdoba la Vieja. Su destino será el Hospital Reina Sofía, hasta donde tiene que ir para recoger unas pruebas. «El autobús tarda muchísimo, pero algunos ya le tenemos cogidos los horarios. Y aunque sea lento, me deja en el mismo hospital. Si usara el cercanías tendría que coger luego un autobús para llegar allí, me costaría el triple y tampoco ganaría tanto tiempo», explica.

Retoques en el aparcamiento del apeadero de Alcolea VALERIO MERINO

En el horizonte del media distancia cordobés está poner en marcha dos nuevas paradas, en Fátima y en el Parque Joyero. Sin embargo, no hay fecha para la cristalización de esta propuesta, como tampoco la hay para la ampliación del servicio hasta Villa del Río y Palma, que era la apuesta principal de la alcaldesa Isabel Ambrsio.

Con estas carencias, los grandes beneficiados del servicio que se pone en marcha este lunes serán los estudiantes de la Universidad de Córdoba (UCO) y aquellos que trabajen en el Centro de la ciudad y sus alrededores. La propietaria de una copistería en Villarrubia, que trata a diario con estudiantes y sus familias, asegura que a muchos vecinos del barrio les salen las cuentas. «A los que tienen que ir a trabajar a Córdoba todos los días se les van unos 150 euros en gasolina. Aparte, hay que sumarle lo que paguen de parking o zona azul», afirma. En cambio, el bono mensual, con viajes ilimitados entre Vilarrubia y Córdoba, cuesta unos 50 euros.

Salvo algunas excepciones, la información que manejan los vecinos sobre horarios y precios es escasa

Salvo algunas excepciones, la información que manejan los vecinos sobre los horarios y precios del cercanías es escasa. En el centro de mayores de El Higuerón, un grupo de jubilados interrumpe su partida de cartas para cruzar impresiones sobre lo que viene. «Hay ilusión», resume uno de ellos, que se alza como portavoz del grupo, «pero habrá que ver lo que pasa. Por el momento, ahorrarse los 45 minutos que tarda el autobús ya es una ventaja buena». Un tren de alta velocidad atraviesa las vías que se extienden, precisamente, a las espaldas del edificio, y produce un sonido atronador que silencia su discurso. «Ya que tenemos que aguantar esto, por lo menos que nos sirva de algo», bromea.

Una mujer junto a la estación de Alcolea VALERIO MERINO

En la otra punta de la ciudad, en Alcolea, la noticia de la inminente entrada en funcionamiento del tren de media distancia despierta algunas alegrías y también bastantes indiferencias. «A mí me parece bien. Todo lo que sea darnos facilidades me parece positivo», resume una mujer que pasa la mañana sentada junto a dos amigas en un banco de la Carretera de Madrid. Se enzarzan en una discusión sobre la utilidad real que tendrá el tren, hasta concluir que nunca lloverá a gusto de todos.

«Habrá a quien le venga bien y a quien no, pero está bien que esté», insiste la primera vecina. Coinciden, eso sí, en señalar que habrá que esperar para valorar la acogida del servicio. «Al principio lo cogerá mucha gente por la novedad, pero de eso no hay que fiarse», opina la más crítica de las tres. Las otras le dan la razón. De hecho, dicen, no creen que vayan a darle mucho uso, pero están deseando hacer el primer viaje con sus nietos porque les encantan los trenes.

El tiempo y el dinero

No todo el mundo mide el valor de las cosas en euros. Emilio, vecino de El Higuerón que trabaja en la zona de Arroyo del Moro, recuerda que hay ocasiones en las que el tiempo vale más que el dinero. «Con el tren voy a tardar menos de diez minutos en llegar al Centro; en autobús tardo casi una hora. Eso es, por lo menos, hora y media que gano todos los días entre ida y vuelta. ¿Que la tarjeta mensual del tren es 10 euros más cara que la del autobús? Pues los pago encantado», explica. La distancia entre la estación y su puesto de trabajo no le parece un problema: «Monto la bici en el tren y ‘averiguao’».

Dos pasajeros en el interior de la estación de Rabanales VALERIO MERINO

Entre tanto, a los mostradores de Renfe llegan futuros usuarios dispuestos a resolver sus dudas. La empresa ferroviaria ha difundido un folleto informativo sobre la puesta en servicio de un tren que vende como «Fácil y cómodo de usar, sin conducir, sin atascos, sin aparcar». En este documento, Renfe explica que las frecuencias del servicio se han diseñado para adaptarse a las necesidades de la demanda diaria.

Los horarios

En los días laborables, los trenes circularán desde primera hora de la mañana hasta entrada la noche. El primer convoy saldrá de Alcolea a las 7.10 horas para llegar a Córdoba a las 7.23, mientras que los más madrugadores podrán viajar desde Villarrubia a las 6.40 horas y estarán en el Centro antes de las siete. Desde el kilómetro cero, la estación de Córdoba Central, el primer recorrido hasta Alcolea se hará a las 8.07 mientras que a las 7.35 llegará a Villarrubia el primer tren procedente de Córdoba.

En el folleto difundido por Renfe, la empresa explica además las diferentes formas de adquisición de los billetes: en taquilla en las estaciones de Córdoba y Rabanales, en máquinas autoventa en el resto de estaciones y en ruta, pagando en metálico a los interventores a bordo del tren.

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