Centro de Convenciones y Ferias de Córdoba
Veinte años para que Córdoba tenga un centro de grandes convenciones y eventos
Construcciones San José acabará en junio la obra del pabellón del Parque Joyero, justo dos décadas después de irrumpir el proyecto más rocambolesco que ha padecido Córdoba
![Rem Koolhaas, José Mellado y Rosa Aguilar en el Ayuntamiento (octubre de 2011)](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/07/05/s/mellado-koolhas-rosa-klMB--1248x698@abc.jpg)
La pregunta es la siguiente: ¿Puede una ciudad como Córdoba permitirse el lujo de ocupar sus últimos 20 años en poder disponer de un gran recinto para celebrar congresos , ferias comerciales o eventos que se salgan de lo común...? La respuesta es bien sencilla: sí. A costa de romper todos los umbrales de oportunidad-coste. Logrando que las grandes fuerzas políticas tenga parte alicuota de culpa en el asunto (Izquierda Unida, PSOE y PP) y tirando por la borda una ingente cantidad de recursos públicos (cerca de 20 millones de euros) y energías sin que una clara necesidad de una de las quince ciudades más turísticas de España pueda cubrirse con garantías a la fecha actual.
La Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento ha dado luz verde esta semana a la adjudicación del remate de obra del Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones de Córdoba (CEFCC) a la empresa Construcciones San José . Una experimentada firma del sector que empleará diez meses en culminar la remodelación del antiguo pabellón expositivo del Parque Joyero que llevara el nombre de Miguel Castillejo. El presupuesto de los trabajos para completar la mitad del espacio asciende a 12,5 millones de euros. Si los plazos no se tuercen por la pandemia, la nueva adjudicataria arrancará en septiembre y debería acabar sus trabajos en torno a junio o julio de 2021.
La fecha no es baladí y menos en un proyecto que se ha ganado a pulso ser el más rocambolesco de cuantos ha padecido Córdoba en muchas décadas y que ha servido para poner en evidencia muchas cosas, entre ellas, a toda una clase política y a un sistema técnico municipal, a la par que ha dado la medida real del peso específico que la ciudad tiene en las grandes ocasiones, aumentando el bucle melancólico en el que se estrellan sus aspiraciones de manera reiterada.
El 9 de junio de 2001 , el Salón de los Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos ungía a un espigado arquitecto holandés, en la cresta de la ola y la chequera internacional entonces, llamado Rem Koolhaas como el artista que iba a alumbrar el que estaba llamado a ser «segundo renacimiento de Córdoba» , en palabras del entonces presidente de la Gerencia de Urbanismo, el socialista José Mellado .
![Veinte años para que Córdoba tenga un centro de grandes convenciones y eventos](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/07/05/s/rem-koolhaas-palacio-k1tB--510x349@abc.jpg)
Esa es la fecha de nacimiento de un engendro que si todos los astros coinciden tomará cuerpo real veinte años después casi en las antípodas de los que aquel famoso concurso internacional de ideas convocado -que reunió al «star system» de la arquitectura - concibió para la ínsula de Miraflores, cuando el soterramiento del ferrocarril inundó de plusvalías las arcas municipales y los despachos de arquitectos y abogados.
Seis mandatos municipales van a tener que pasar para que Córdoba pueda entrar en la rueda de ciudades que acogen grandes eventos o afianzar sus reiteradas opciones en el segmento MICE (turismo de reuniones). El primero de ellos alumbró a la criatura. Rosa Aguilar , por entonces comunista, y su socio de gobierno José Mellado, apostaron por un gran equipamiento icónico en el río que sirviera de polo de atracción al negocio, el ocio y la simbología de una modernidad que le viene grande a una ciudad de provincias.
El «coste cero»
Tras la adjudicación a Koolhaas del proyecto, el Ayuntamiento se puso a trabajar en otra quimera: el «coste cero» . Aún resuena aquella frase de Mellado en la que decía que a la ciudad no le iba a costar un euro un edificio jamás visto y para el que se preveía hasta un casino, una piscina con vistas a la Mezquita y un juego de auditorios estelares. Había que buscar a una empresa que construyera y explotara un recinto valorado inicialmente en 65 millones de euros, si bien, su coste real sobrepasaba los 100 millones de euros. Concurrieron siete, desde Prasa a FCC, en un pliego muy exigente y minado que no sedujo a nadie por lo que la aventura del cogobierno socialcomunista se frustró.
En el segundo mandato, Rosa Aguilar, con una mayoría más holgada y con críticas internas por continuar el proyecto, intentó negociar directamente con una empresa y acomodar la idea a la viabilidad y su feroz pragmatismo. Ferrovial entra en escena y en 2004 se hace cargo del cometido: construir y explotar por la vía de la negociación directa .
Avanzaban los años y la primera piedra no llegaba porque el coste real del edificio crecía y a la constructora no le terminaban de salir los números de la rentabilidad por lo que el gozo de Aguilar cayó a un pozo y transitó al siguiente mandato -de nuevo con los socialistas como compañeros de viaje- donde la crisis económica apuntilló las esperanzas de Ferrovial, al que los bancos le cerraron las puertas en vistas de una operación con mucho riesgo justo cuando, además, las burbuja inmobiliaria pinchaba y el sistema financiero empezaba a temblar. En aquel momento, el precio de la criatura de Koolhaas era de 92 millones, aunque las necesidades de liquidez para ponerlo en marcha se iban a los 171 millones, según las cuentas que manejaba la compañía española.
El último intento de IU
Había que reorientarlo todo: la estrategia, el tamaño y el coste. Andrés Ocaña, entonces al frente de Urbanismo , decide optar por la financiación pública quitando un auditorio y desprendiendo al recinto de todo capricho y miriñaque. Un gran auditorio de 3.200 plazas y el cascarón. El PSOE, dominador del Gobierno y la Junta y socio de IU en Córdoba, juega a la goma elástica pero entra a un acuerdo a tres bandas donde el mayor peso lo asumen las arcas municipales. Estamos en 2009. Sesenta y siete millones de euros de los que casi 40 debe asumir un Ayuntamiento maltrecho . La Intervención levanta la voz puesto que la jugada pone al borde del colapso a Capitulares. Aguilar se marcha al PSOE en una noche abrileña y Ocaña intenta quemar los últimos cartuchos del «Califato rojo» con un equipamiento del que los socialistas siguen sin estar convencidos.
![Primera piedra del Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones en marzo de 2015](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/07/05/s/centro-ferias-nieto-k1tB--510x349@abc.jpg)
El PP gana entonces las elecciones de 2011 y Nieto , como había prometido en campaña, tarda seis meses en mandar a la papelera el Palacio del Sur que ya había costado 10 millones de euros públicos sin retorno alguno. El alcalde popular, con mayoría absoluta, opta por reconvertir el inédito pabellón expositivo del Parque Joyero en una solución rápida y barata y algo controvertida: quitándole de encima a CajaSur un auténtico «fiambre» para sus balances como era el centro de 28 millones de euros que auspició Castillejo y que tornó en ser un edificio con riesgo estructural y limitado en los eventos a celebrar.
Ayesa se encarga de testar el mal estado de un equipamiento alejado del núcleo urbano y que precisa de una conversión modélica que trazan los arquitectos Terados-Suárez. Más peso de la cuenta y se cae el techo. Literal y con un suceso que pone a todos los pelos de punta. José Antonio Nieto enseña el rebautizado Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones, un concepto más versátil para grandes congresos, conciertos, ferias o eventos de una dimensión muy superior.
![Suárez y Terrados presentan el nuevo proyecto](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/07/05/s/centro-ferias-proyecto-k1tB--510x349@abc.jpg)
Los trabajos arrancan el 28 de marzo de 2015 , a pocos meses de las elecciones municipales, y tras ser adjudicados a UCOP , una pequeña constructora granadina que hizo la oferta más baja, lo que a la postre sería un castigo para el propio proyecto. Nieto coloca la primera piedra pero no logra reditar la mayoría absoluta, por lo que PSOE, en este caso por delante, y una mermada Izquierda Unida, vuelven a la época de los cogobiernos y heredan una iniciativa envenenada que le estalla a poco de andar en el quinto mandato de esta historia.
Isabel Ambrosio decide a lo Penélope (tejiendo y destejiendo) seguir adelante pero la baja licitación de UCOP empieza a dar la cara . Las obras, valoradas en 14 millones y hechas por 11, avanzan pero de puertas para adentro las presiones para modificar el proyecto por los riesgos edificatorios provocan fuertes divergencias y plazos de prórroga que terminan con la firma granadina en concurso de acreedores al no poder hacer frente a unas modificaciones «pactadas» que la Intervención volvió a echar por tierra y que pretendían ser un salvavidas financiero.
La obra se para a la mitad tras un gasto de 5,7 millones . Por delante, romper el contrato en una espiral administrativa y buscar la licitación del remate. Estamos en 2017 y el tiempo se le escapa al PSOE que se marcha de la Alcaldía con la idea de que la pública Tragsa complete algún día los trabajos. Decisión que desestima José María Bellido (PP), nuevo alcalde y sexto mandato. Desbloqueado el anterior contrato, vuelve a licitar la obra con el resultado sabido: diez meses para acabar con la maldición del centro de congresos de Córdoba.
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