EFEMÉRIDE
Centenario del nacimiento de Ricardo Delgado Vizcaíno, el hombre que cambió el campo de Córdoba desde Covap
Fue su fundador y presidente durante 35 años, sentando las bases del gigante alimentario que es hoy
Un siglo se cumple hoy del nacimiento de Ricardo Delgado Vizcaíno , uno de los empresarios más decisivos que dio Andalucía en el siglo XX . Su nombre va unido a la Cooperativa Valle de los Pedroches ( Covap ), que fundó en 1959 junto a un reducido grupo de socios en su localidad natal, Pozoblanco. Al frente de la misma estuvo 35 años y no se desligó de ella hasta su muerte, en 1994. Esas décadas se califican a menudo de milagro, pues cuesta explicar como una sociedad agraria nacida en una tierra no especialmente rica y sin gran tradición industrial pudo convertirse en uno de los ejemplos de éxito más claros del agro español . Tal revolución tiene sin embargo sus causas y una de ellas fue el liderazgo que ejerció un hombre marcado por una singular manera de entender el compromiso social y que supo ver fortalezas donde nadie podía atisbarlas. Un siglo después de su nacimiento, los que trabajaron a su lado lo recuerdan con emoción. Evocan su austeridad y su ética de trabajo. Ante todo, su honda humanidad.
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Ricardo Delgado Vizcaíno nació en Pozoblanco en 1921 , hijo de Segundo Delgado y Ana Vizcaíno. Su infancia está asociada por ello a los años 20, etapa marcada por el desarrollo económico que permitió el papel neutral de España en la I Guerra Mundial pero también por los graves conflictos sociales que marcaron los años crepusculares del reinado de Alfonso XIII. Fue Ricardo, evocan sus propios hijos, un niño amante del campo, andariego y curioso. Le gustaban también el dibujo y la caza menor, la de andar y ver, y desde pequeño mostró una fuerte fe católica, que fomentó en sus años de escolar interno en el Colegio La Inmaculada de Getafe, con los Escolapios. El conflicto civil le tocó en los años primeros de su juventud y le provocó una honda cicatriz , la del asesinato de su padre , tema del que casi nunca habló. Con su madre se fue a Madrid tras ese suceso y allí lo llamó a filas el Gobierno republicano. Tras pasar no pocas penalidades , pudo tras el conflicto volver a su vida ordinaria. Se licenció en Derecho , carrera que cursó en Madrid y de Oviedo. Fue por todo ello hijo de una época difícil, por lo que cuando volvió a Pozoblanco tras licenciarse no parecía llamado a grandes logros colectivos. De hecho, aunque ejerció de juez de paz, dejó la abogacía y se puso al frente de las explotaciones familiares.
Papel público en los cincuenta
Hasta ahí su biografía es la de un hombre corriente, pero fue en los años cincuenta cuando comenzó a hacerse público el compromiso social de Delgado Vizcaíno y a evidenciarse su liderazgo. El primer papel que ocupó fue el de jefe local de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, una experiencia que le sirvió para conocer a fondo las carencias del campo pedrocheño. En el ambiente estaba la apuesta del gobierno franquista por las sociedades agrarias y la necesidad de que los agricultores se uniesen para ganar en capacidad de comercialización, algo que en Pozoblanco recomendaba el propio alcalde, el abogado e historiador Andrés Muñoz Calero. Las primeras aventuras , en un contexto marcado ya por la emigración rural que sería masiva durante el Desarrollismo, tuvieron que ver con la compra compartida de cereal , en la que un grupo de empresarios se involucraron para reducir costes.
Todo eso cristalizó finalmente en un proyecto mucho más ambicioso como la Cooperativa Valle de los Pedroches , cuyos estatutos se firmaron el 7 de enero de 1959 con Ricardo Delgado ya como presidente fundador. De primeras, aunque solo por unos meses, llevó el nombre de Cooperativa Ganadera de Pozoblanco, pero pronto mudó a su carácter comarcal. De forma rápida , extendería luego su influencia a zonas limítrofes como el Valle de la Alcudia manchego o el Valle de la Serena extremeño . En mayo de ese año, en una Junta General, ya se puede leer en las actas una intervención apasionada del Delgado Vizcaíno, que traza lo que él denominaba «los grandes proyectos». Entre otros, nombra algunos que luego se irían convirtiendo en realidades como la fábrica de piensos y abono o el matadero . Como ha explicado Rafael Yun, secretario de la Cooperativa durante años y una de la personas que más ha reflexionado sobre el empresario, es ahí cuando Ricardo se revela como un líder capaz de cambiar la suerte de un territorio.
Su historia como presidente de Covap es más conocida , porque va a asociada el devenir de la cooperativa. Y en cierto modo se puede decir que fue su carácter austero y ejemplar el que se trasladó a esta sociedad , marcada también por su idea de ganar dimensión. El nombre de Ricardo está asociado a la revolución láctea, que convirtió a Los Pedroches en uno de los grandes productores de leche de España, y a la creación de una marca propia que está unida a la alta calidad en productos lácteos y cárnicos de porcino ibérico, ovino y bovino. Nada de eso habría sido posible sin su célebre don de gentes, que le permitió encontrar apoyos en el Gobierno -legendarios son sus frecuentes viajes a Madrid por carreteras tortuosas- y cabida en los proyectos del Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (Irida) a partir de los años 70. No pasaron desapercibidas esas cualidades al mundo de la política, aunque Delgado Vizcaíno, hombre discreto, nunca aceptó las ofertas que le llegaron.
Su vida estuvo ligada por ello a Pozoblanco , donde llevó una vida familiar junto a su esposa y sus cinco hijos, el mayor de los cuales preside hoy la cooperativa. Tras su muerte, se le declaró Hijo Predilecto de Pozoblanco . Allí, en su tierra, se le sigue recordando como «don Ricardo» , un «don» que hace honor a la acepción clásica de «aptitud natural considerada como recibida de Dios o la naturaleza ». Y es que, como explica Rafael Yun, «Ricardo reunía en su interior una cualidades que aisladas se pueden encontrar en muchas personas, pero que unidas lo hicieron irrepetible».