MEDIO AMBIENTE

Cemento, un vecino de traje oscuro

Un tercio de las factorías se encuentran en zonas cercanas al casco urbano

Operarios de Cosmos dentro de la fábrica VALERIO MERINO

RAFAEL RUIZ

EL de la cementera de Córdoba es un caso único. Eso es, al menos, lo que dijo el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, en una comparecencia reciente. El factor diferencial de una factoría que, estando en un suelo acreditadamente industrial, es contigua a un núcleo urbano. La frase puede quedar bien pero, sencillamente, no es cierta. No resiste la prueba del Google Maps. Este periódico ha hecho el ejercicio de geolocalizar las 32 factorías (una de ellas sin actividad en Alicante) que aparecen adscritas a Oficemen, la patronal del cemento. Son las industrias de Cementos Balboa, Lemona, Molins Industrial, Tudela Veguín, Cemex España, Portland Valderribas, Votorantim (propietario de Cosmos), Holcim España, Lafarge y Sociedad Financiera y Minera. La más pequeña tiene una factoría y la mayor, siete industrias dedicadas al aglomerante para la construcción.  Se han dividido en tres grupos. El primero, las que se encuentran contiguas a núcleos urbanos (tanto en polígonos como fuera de ellos). El segundo, las que, separadas del casco urbano, tienen alrededor urbanizaciones de periferia. El tercer grupo, las que están separadas.

Málaga y Huelva

El resultado es que la mayoría de cementeras de España tienen vecinos. Muchos o pocos pero tienen. En concreto, doce de las 32 que aparecen en el listado, un 37 por ciento, están anexas a núcleos urbanos tal y como ocurre en Córdoba. Separadas por vías, una carretera, pero contiguas. Los casos más cercanos, geográficamente, son las de La Araña, en Málaga, que se encuentra junto al popular barrio de El Palo, y Niebla, en Huelva. La primera tiene la autorización ambiental en proceso judicial y en la segunda se ha rechazado por el Consistorio la quema de residuos como combustible.

La factoría malagueña de La Araña tiene la autorización ambiental en el juzgado

La quema de residuos es una constante así como los episodios de cierta tensión entre vecinos e industria. Es el caso de Cementos Lemona, en Vizcaya, y considerada como una de las pioneras en el uso de neumáticos como combustible. El Gobierno vasco invirtió directamente en esta cuestión porque las ruedas gastadas no se pueden tirar a vertederos. Lo que se hace es trocearlas, quemarlas o incorporarlas a otros elementos como el asfalto de las carreteras o el césped artificial de los campos.

Otra de las grandes cementeras urbanas en España se encuentra en Sant Vinçens del Horts, en la provincia de Barcelona. El municipio tiene un alcalde bien peculiar. Es Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y de la coalición soberanista Junts pel sí, quien es vecino de un municipio que creció gracias a dos factores: la emigración y el cemento. Existen colectivos locales contra la incineración de residuos pero lo cierto es que Cataluña ha hecho uso de estas fábricas de forma continuada.

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