Sucesos
Dos cazadores furtivos de Córdoba atascan su coche en el campo al intentar escapar de la Guardia Civil
Los agentes detienen a un tercer cazador ilegal que llevaba un ciervo muerto en su coche
La Guardia Civil lucha a diario, y no solo en temporada de caza, contra el furtivismo, y en ocasiones pilla a los infractores en mitad de un delito flagrante. Es lo que ha ocurrido recientemente en Córdoba, donde la Benemérita ha detenido a tres cazadores furtivos, según informa una nota de prensa en dos operativos diferentes, todos ellos «con las manos en la masa».
El primero de los operativos, del que la Guardia Civil no da fechas, se desarrolló entre los términos municipales de Villaviciosa y Hornachuelos. En esa zona, bien conocida por su alto valor cinegético , los agentes sospechaban desde hacía tiempo, gracias a testimonios e indicios, que se estaban produciendo actividades de caza ilegal.
La Guardia Civil montó un dispositivo de vigilancia en la zona hasta que una noche aparecieron dos supuestos cazadores furtivos en un vehículo. Se dirigían sin saberlo hasta el puesto de la Benemérita alumbrando con un potente foco a ambos lados del camino.
Los agentes les dieron el alto y fue entonces cuando los sospechosos intentaron huir con su vehículo, que quedó inmovilizado en la finca. Los detenidos iniciaron su escapada a pie pero no llegaron muy lejos: fueron interceptados y detenidos por los números, y llevaban suficiente equipo como para confirmar las sospechas.
Uno de ellos intentó escapar llevando un rifle dotado con silenciador y alimentado con cuatro cartuchos. En el vehículo que abandonaron se encontraron además 22 cartuchos, dos cuchillos, una navaja y dos focos.
Como consecuencia de estas acciones, los dos detenidos han sido acusados de cuatro delitos : contra la flora y fauna, tenencia ilícita de armas, contra la seguridad vial y otro de desobediencia a los agentes.
Segundo operativo
La segunda de las acciones de la Guardia Civil fue más sencilla. El pasado 14 de enero, en un dispositivo de vigilancia contra el furtivismo en Villaviciosa , los agentes localizaron un vehículo sospechoso al que, una vez, procedieron a darle el alto. Esta vez, sin embargo, el conductor no intentó huir pero se mostró nervioso, por lo que los agentes procedieron a registrar el coche.
Y allí estaban las pruebas del delito, según el relato de la Guardia Civil: un rifle con mira telescópica oculto bajo una prenda de vestir y alimentado por dos cartuchos, además de un ciervo que posiblemente había sido recién cazado. Se le imputan delitos contra la fauna y flora y tenencia ilícita de armas.
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