CAZAR EN CÓRDOBA

Los cazadores burlan al calor en Córdoba en el inicio de la temporada cinegética

Diversos ritos de las monterías se han cambiado para sortear las temperaturas que ya remiten en los cotos

Dos jóvenes cazadores contemplan desde la altura el coto en el que montean ARCHIVO

FRANCISCO BELTRÁN

El pasado fin de semana, con un tiempo dantesco por culpa de las inclemencias atmosféricas, se dio por levantada la temporada cinegética de caza mayor 2017/2018. Está claro que de los imponderables climatológicos pocos tienen la culpa (salvo los nombrados por los gurús del medioambiente, como el exvicepresidente de los EEUU, que después de gobernar medio planeta, le dio por darnos lecciones de conservación del mismo). De los otros imponderables que han incidido de modo negativo en el inicio de la nueva temporada, nos ocuparemos ampliamente.

Está claro que no se puede fijar la apertura de la temporada con la antelación con la que se hace, sin conocer el desarrollo meteorológico del año en curso; pero tampoco se puede retrasar la publicación de la Orden de Vedas so pena de impedir el normal desarrollo de la temporada.

Lo ideal sería retrasar algunos días el inicio de la misma , con el ánimo de minimizar el impacto que las sequías provocan en nuestros campos. Así, la temporada de monterías, batidas y ganchos , vería retrasado su comienzo algunos días, y se podría compensar adelantando las modalidades de rececho y aguardo para el mes de septiembre, al no ser modalidades que supongan especial impacto para las especies cinegéticas.

A pesar de todo, el comienzo de esta temporada no ha sido el apocalipsis que pronosticaban algunos animalistas que pugnan desde hace tiempo por la desaparición de la actividad cinegética. No han sido pocas las organizaciones cinegéticas que han suspendido jornadas de caza durante el mes de octubre (ojeos, monterías, ganchos y batidas), hasta tanto el calor no remita y la sequedad de nuestras sierras se atenúe.

El inicio de temporada no ha sido el apoaclipsis que pronosticaban animalistas que buscan el fin de la caza

Se han adelantado las juntas de las monterías a horas muy tempranas, celebrando incluso los sorteos en los días previos. Se han efectuado las sueltas también en horas tempranas, acortando las manos de las rehalas y finalizando la jornada apenas cuando el calor empezaba a asomar. Se han reforzado las dotaciones de trabajadores encargados de sacar las reses abatidas del campo, acortando su exposición al calor y su deterioro.

Los rehaleros y podenqueros (cada vez más de ellos) han seguido severos programas de campeo durante los meses previos a la temporada, facilitando el entrenamiento de sus perros y mejorando día a día sus condiciones físicas.

Todo ello ha hecho que con la colaboración de todos, el inicio de la temporada haya sido razonablemente normal, sólo enturbiado por algún pequeño contratiempo que entre todos los participantes de las jornadas de caza han podido ir capeando. Como dijimos la semana pasada, reses muchas, trofeos pocos . Los más beneficiados de la falta de lluvias, sin duda, los jabalíes , que han gozado en ocasiones de total impunidad al haber sido imposible sacarlos de sus encames.

Cada vez más viajeros nacionales y extranjeros visitan la provincia y pernoctan y consumen en los pueblos

Es destacable (aunque a algunos extremistas le duela) la numerosa participación de cazadores (y, por fortuna, cada vez más, cazadoras) que han visitado nuestra sierra en este primer fin de semana de temporada. Señal de que nuestra actividad cinegética y su modalidad estrella, la Montería Española , gozan caza vez más de una popularidad «in crescendo». La multitudinaria asistencia a la manifestación celebrada en nuestra ciudad el pasado 30 de septiembre (una de las más numerosas de las celebradas en Córdoba) dan buena prueba de ello.

Ver por toda nuestra geografía a un sinfín de personas transitando ataviados de cazadores, desayunando en los numerosos bares de carretera que pueblan la geografía provincial (por fin también empezó la temporada de vacas gordas para ellos) y comprobar cómo cada vez más viajeros nacionales o extranjeros visitan nuestra provincia y pernoctan (y consumen en nuestras ciudades y pueblos) es un motivo de orgullo para celebrar que la caza no sólo no está en decadencia, si no que se convierte en un pilar fundamental de la economía provincial y en un fenómeno social de vital importancia para Córdoba.

Los cazadores burlan al calor en Córdoba en el inicio de la temporada cinegética

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