El vino joven de Córdoba, el más generoso tras la pandemia

Rafael Aguilar

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20/04/2022
Actualizado a las 21:10h.

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LA tendencia es el vino joven , el que los bares y los restaurantes pueden incluir en sus cartas para que les llamen la atención a los jóvenes a los que las variedades generosas -o de fino viejo- les pueden echar para atrás.

En esto coinciden los participantes en la XXXVII Cata del Vino Montilla-Moriles , que este miércoles ha vivido su primera jornada con público en la explanada de la Diputación de Córdoba después de la inauguración de la noche del martes , 19 de abril de 2022.

¿Por qué triunfan estas variedades más tempranas? Manuel Romero está al frente de la Cooperativa Local Vitivinícola de Aguilar de la Frontera , que hace tres tipos de vino: uno de tinaja y dos de bota, uno de ellos de dos años y otro de tres.

«Lo que más estamos vendiendo últimamente son los vinos jóvenes, los de tinaja, naturales. Son vinos suaves que se venden muy bien y que hacemos con uvas clasificadas por graduación. También tenemos un vino de bota que va a aumentando las ventas, en parte porque son vinos naturales que salen muy bien al mercado», indica el empresario.

«El público joven se va metiendo poco a poco en el vino y entra por el de tinaja, que es suave y que le gusta mucho a este sector de consumidores. La pandemia nos ha afectado mucho, y a consecuencia de ello los precios de la uva son muy bajos», resume Romero para ABC .

Sus apreciaciones están en consonancia con las de Adela Córdoba , que es la responsable de marketing del grupo Pérez Barquero , que a la Cata del Vino acude con dos expositores, uno que es el de Pérez Barquero y otro que es el de Gracia Hermanos y Tomás García , que forman parte de la empresa.

«El vino que más éxito sigue teniendo es el fino y aquí en las catas los jóvenes, que en nuestro caso son el Viña Verde de Gracia Hermanos , que tiene solo doce grados y el Verdejo de Finca de la Cañada de Pérez Barquero , que son ligeros», señala la profesional. La pregunta es si el público joven rehuye de las variedades clásicas. Adela Córdoba no da una respuesta cerrada.

«Estamos viviendo un repunte de los vinos generosos viejos, y lo que vemos es que existe una convivencia de los finos en rama, es decir los que se embotellan sin filtrar directamente de bota, y de los amontillados , los olorosos y los palo cortado; la demanda de estos últimos tipos sube no solo en las catas, sino en el mercado en general, porque si uno mira las cartas de los restaurantes de Córdoba ya los encuentra, cuando hasta hace poco era muy difícil verlos».

La incorporación al consumo de personas de entre treinta y cuarenta años es clave para explicar este fenómeno. «Pensamos que esto es una tendencia que se explica por los cambios generacionales, cuando siempre se buscan novedades. Son vinos muy interesantes, y cuando gustan apasionan. Se les llama generosos porque siempre dan más. El consumo de generosos viejos también se populariza entre los jóvenes, así como las nuevas apuestas», señala Córdoba , que pone de ejemplo que Pérez-Barquero lanzó un espumoso esta Navidad que se acabó agotando.

Carmen Giménez Alvear , vicepresidenta de Bodegas Alvear , de Montilla, echa de menos que el fino haya perdido fuelle en beneficio de otras especialidades más acordes con los nuevos hábitos de consumo. La mujer está en la Cata en representación de la que es la bodega más antigua de Andalucía -se fundó en 1729- y que hace poco ha creado una Fundación para la difusión de su legado. «Todos los vinos jóvenes que también se hacen con la uva de Pedro Ximénez están teniendo ahora una gran oportunidad. Nosotros tenemos el ‘Tres miradas ’, que fue una apuesta que hicimos y que está funcionando», recalca.

Tercia Miguel Cabrera , el director comercial de la firma: «Son vinos tranquilos en los que Alvear está siendo pionera: estamos siendo muy exquisitos, porque miramos parcelas que son muy agraciadas por su terreno o por su climatología u orientación y ahí sacamos el vino, con el que se capta la personalidad de la tierra de Montilla ».

El secreto del éxito, o uno de ellos es la uva Pedro Ximénez. «La PX es una uva que tiene la gran virtud de que da una gran variedad de vinos: el joven, el de tinaja, el fino, el oloroso, el amontillado y el Pedro Ximénez . Y la manera de introducir en el consumo a los jóvenes es por los vinos menos generosos. De lo que tratamos es de que se ponga en valor el terruño», sostiene C armen Giménez.

La innovación es clave para un sector que hunde sus raíces en una tradición inmemorial. Ángela Jiménez es una de las dueñas de Los Raigones, una empresa emplazada en la sierra de Montilla .

«Nosotros hemos apostado este año por un vino de la variedad ‘sauvignon blanc ’ y por moscatel , y lo cultivamos en una parcela que tenemos en propiedad en la sierra de Montilla , en Los Altos del Benavente. Nos parece que estos tipos de vinos son muy frutales, muy ligeros, muy aromáticos, y en la línea de lo que hoy en día se está demandando en el mercado, pero siempre manteniendo nuestros vinos clásicos, como los finos, los amontillados o los de tinaja. La marca de nuestros ‘sauvignon blanc’ y moscatel es Cerro Verde, y tuvo un éxito extraordinario en la Feria Gastronómica de Montalbán, y lo presentamos en el Círculo de la Amistad », destaca la mujer, que lleva la firma junto a sus dos hermanos.

Antonio López , de Bodegas El Monte de Moriles , opina que otra de las claves es la tecnificación y la calidad. «El negocio está orientado ahora por el trabajo constante en el campo: Montilla- Moriles tiene la suerte de plantar una uva PX de una calidad increíble, y hay un ‘boom’ del trabajo sofisticado y tecnificado. Por ahí vamos: por la calidad».

Pero todo va por barrios. Juan Luque, de Bodegas Luque de Doña Mencía, encuentra la esencia en lo de siempre: «El mercado se mantiene sin grandes subidas ni grandes bajadas. Desde hace 102 años estamos especializados en el vino fino en rama, aunque también hacemos vinos jóvenes, como La flor de camarena ». «En la pandemia no nos ha ido del todo mal: el que es consumidor de vino lo siguió haciendo en su casa en vez de en la taberna», concluye Luque.

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