Tribunales
El caso de las mordidas de Guadalquivir Futuro: de ABC Córdoba al juzgado
Los hechos fueron ignorados por la autoridad laboral hasta que aparecieron en el periódico
El caso de las mordidas de Guadalquivir Futuro siguió el camino inverso habitual de los casos que acaban en condena: no fue de la Policía y los juzgados a los periódicos sino al contrario. Arrancó en ABC Córdoba y ha acabado en un acuerdo de condena de tres años de prisión (dos años por delito contra los trabajasdores y seis meses por cada uno de los fraudes de subvenciones cometidos).
La primera noticia que se tuvo al respecto tuvo lugar en 2016 cuando este periódico publicó que dos organizaciones afines al PSOE de Córdoba se estaban quedando con dinero de contratos para los parados. En el punto de mira, la dirigencia socialista en Córdoba capital y, especialmente, su entonces líder máximo Juan Pablo Durán , otrora presidente del Parlamento de Andalucía, por ser también el mando en plaza del Dsitrito Sur donde se asentaban las organizaciones.
La primera noticia dio pie a un ciclo de reportajes en los que se acreditó con documentos bancarios, reproducciones de audio y testimonios que la Fundación Guadalquivir Futuro y Jóvenes hacia el Futuro se estaban quedando con parte del dinero de un programa de la Junta de Andalucía.
Los responsables de la fundación habían formado parte de las candidaturas socialistas y fardaban de las excelentes relaciones que tenían con los dirigentes del PSOE. El día anterior a que ABC dio la noticia se produjo un mitin en el Barrio del Guadalquivir con Rosa Aguilar como estrella invitada. Pedro Sánchez solo ha visitado a una entidad social como candidato o presidente del Gobierno: Guadalquivir Futuro.
La mecánica era muy sencilla. Lo que uno de los ahora condenados describió como «apadrinar a un niño» . La Junta liberó cientos de miles de euros a las dos organizaciones para el programa Emple@, una iniciativa de Susana Díaz como presidenta de la Junta . Teóricamente, todo ese dinero tenía que ir para contratar a parados para programas sociales en el barrio. Las ocho horas de trabajo se convertían en seis y la parte correspondiente del salario se pasaba a las arcas de las organizaciones.
Inspección de Trabajo tras publicarlo ABC
Los trabajadores tuvieron que entregar dinero durante dos años completos, que se sepa, primero en billetes y luego mediante transferencias bancaras . En la primera edición del programa de la Junta, la cantidad era lineal: 500 euros. Posteriormente, pasó a ser un tanto por ciento de la nómina. Hubo trabajadores que se negaron a participar en el sistema. La respuesta de la organización fue marginarlos y, en algún caso, enseñarles la puerta de la calle .
Una de las claves del escándalo es que la Inspección de Trabajo llegó a investigar el asunto antes de que ABC publicase una sola letra del tema. Aquella inspección se cerró sin que nadie diese nunca explicaciones por ello . Con posterioridad a la publicación, se realizó un nuevo expediente que constató la totalidad de los datos publicados por este periódico.
La Junta fue informada con carácter previo del contenido de la serie de reportajes. Siempre alegó que nunca tuvo conocimiento de irregularidades. También se inició una investigación que constató los hechos, pidió el reintegro de los fondos y prohibió el acceso público al dinero.
La gran incógnita en torno a Guadalquivir Futuro siempre fue la misma. ¿Cómo es posible que una organización sin afiliados ni estructura recibiese cientos de miles de euros en ayudas públicas? Buena parte de esas instituciones iniciaron expedientes de reintegro una vez que se constató que no se había justificado el pago del dinero. Ninguna institución ha confirmado que se haya recuperado ni un solo euro.
Tampoco ha quedado aclarado el destino del dinero. Ese fue uno de los principales caballos de batalla del grupo parlamentario de Podemos en la etapa liderada por Teresa Rodríguez . La iniciativa judicial fue adoptada por algunos trabajadores y diputados andaluces de la formación que, como David Moscoso , llegaron a sufrir un escrache en la puerta de los juzgados cuando fueron a declarar ante la jueza de instrucción que llevó el caso.
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