CASO FÉNIX

Caso Fénix | La inspectora que destapó el caso ratifica la «Caja B» que sienta en el banquillo a los joyeros

La alarma saltó porque el nexo común en las inspecciones de empresas tenían el nexo común del proveedor

Sala 21 de la Ciudad de la Justicia donde se celebra el caso Fénix ALVARO CARMONA

P. García-Baquero

La inspectora de la Agencia Tributaria que comenzó a desenmarañar la operación Fénix , un maco fraude del oro negro en varios puntos de España durante los años 2004, 2005 y 2006 pilotada desde una empresa de Barcelona ha detallado ante la sala del Juzgado de lo Penal número 4 de Córdoba cómo era el modus operandi de este entramado societario del mayor fraude de oro de España.

El oro de inversión que compraban los dos cabecillas de la trama en Suiza - oro puro no apto para fabricación y exento de IVA - se mantenía en un almacén de una empresa de seguridad bajo la supervisión de Recuperaciones y Afinaciones en Barcelona . De los dos cabecillas de esta organización criminal -uno de ellos ha fallecido-, que se enfrenta a penas de más de 300 años de cárcel , lo vendía de dos formas. La primera era en A, es decir con facturas, y otras en B, para lo que utilizaban a empresas fantasmas a nombre de testaferros -que recibían de 300 a 500 euros al mes en su mayoría enfermos o pensionistas- que facturaban por ellas.

Intercarmbio de coches en una gasolinera

Cada día, dos coches blindados partían uno de la sede central de Barcelona - el que llevaba el oro -, y otro desde Córdoba -con el dinero para pagar el oro-, y se encontraban en una gasolinera a medio camino, y se intercambiaban los coches, el dinero llegaba a Recuperaciones y Afinaciones de Barcelona, y el oro, a Córdoba. Es el relato que ha recordado de la investigación y las escuchas a las que tuvo acceso esta inspectora.

Las sospechas que llegaron a esta inspectora a abrir el caso fue que casi todas las empresas inspeccionadas del sector con irregularidades a las que vendía Recuperaciones y Afinaciones no tenían actividad, por lo tanto era imposible que usaran este oro y a algún lado tenía que ir.

La investigación para llegar a los protagonistas de esta trama no fue fácil ha asegurado ante el tribunal esta inspectora. Aunque en varias inspecciones que se ordenaron por Hacienda en la sede de la empresa proveedora del oro de Barcelona fueron autorizado los contables no supieron aclarar a los inspectores cuáles eran estos compradores del oro o cuáles eran las facturas .

La contabilidad esta mal llevada, y ante la inspección no supieron aclarar dónde estaban las facturas o dónde el asiento contable, según recordó esta inspectora a preguntas de la Fiscalía. Ese momento fue el que hizo saltar todas las alarmas y la Agencia Tributaria solicitó a través de su sede central de Madrid refuerzos y coordinación con los inspectores de Córdoba.

Sin embargo, las sociedades a las que facturaba esta empresa catalana iban cambiando cada ejercicio, además de que la contabilidad en B -ventas en negro-, los nombres de las mercantiles estaban cifrados , sólo aparecían en algunos casos los teléfonos y apenas una referencia cifrada . La inspectora para poder descifrar esas letras claves pidió a Telefónica Móviles España los datos del cliente que figuraban junto a esas letras (clientes).

Uno a uno, a preguntas de la Fiscalía, la inspectora ha ido ratificando cuáles eran esos números fijos o móviles y a qué iniciales o palabras clave halladas en la contabilidad B de la empresa proveedora catalana cabecilla de la trama pertenecían. «Aparecían nombres completos y CIF o NIF en la contabilidad A pero en B aparecían sólo con claves, medio apellido, la localidad donde estaba, hubo que ir descifrando quién era quien», ha contado la principal inspectora del caso.

Los datos no cuadraban, a juicio de la inspectora, tras analizar las cuentas, por lo que restaban las entradas con las ventas falsas de los ejercicios 2004, 2005 y 2006 y así excepto cuando no se encontraban esos datos, fueron cruzando compras y ventas y ya era patente el delito fiscal por parte de muchas de estas empresas. «Todo lo que no llegaba a delito fiscal se enviaba para que fuera vía administrativa», ha recordado la inspectora.

¿Cómo se obtuvo la contabilidad B?

La inspectora ha detallado cómo en las dos inspecciones, la contable de la empresa matriz catalana accedió a esas inspecciones en su sede de Recuperaciones y Afinaciones al igual que a la persona que habían contratado desde la empresa para la inspección y que fueron ellos los que le facilitaron una copia del disco duro donde aparecía la contabilidad A y B. «Fuimos viendo los archivadores de un armario, seleccionamos algunos de esos archivos y nos los llevamos con el permiso de la empresa», ha relatado la perito-testigo.

Días más tarde, una vez en las dependencias de la Inspección, los agentes de la Agencia Tributaria se llevaron toda la documentación intervenida. De las cinta DAT de la copia de seguridad, cinta peculiar, quedamos el 6 de mayo de desprecinto y los encargados de contabilidad de la empresa vinieron a la delegación a ver la cinta y leerla. Se hicieron CD rooms con copias y las citas se quedaron en su poder. Esa copia, base del proceso, está descrita en el informe, y contenía dos carpetas una de contabilidad donde tenía varias empresas y la otra de la contabilidad B .

Uno de los datos que ha llamado más la atención y que no se conocía hasta ahora es que la empresa proveedora de oro no sólo compraba en Suiza sino que había compras y ventas en negro en España , no sólo importaban oro del extranjero.

La cantidad de documentación que fue entregada a Hacienda contenía desde pagos a Cordobesa de Materias Primas a gastos particulares de los cabecillas catalanes P.J.R. o P.R. , de sus hijos; algunos personales del señor y señora Rodríguez, como gastos médicos de su esposa, incluso o los pagos a los administradores que en su mayoría era testaferros.

Las facturas de Seur fueron otras de las pruebas aportadas a la causa por la Agencia Tributaria en la que había entradas y salidas de oro o de dinero , pero en el caso de Córdoba no era así ya que ahí le mandaban el dinero por chófer , tenían su propio comercial, mientras que otros no tenían repartidor propio, como Galicia donde nunca iban y mandaban el dinero por Seur.

No siempre hallaron los inspectores la contabilidad B en Recuperaciones y Afinaciones en la que aparecían los nombres en clave de los clientes. «Desde abril mayo, junio y julio de 2005 no hemos encontrado esa contabilidad», ha declarado la inspectora catalana.

Si la trama se destapó en Barcelona ¿Por qué el juicio ha sido en Córdoba? A esta pregunta también respondió la inspectora que declaró ante la jueza quien aseguró ante el tribunal que tras descubrirse esta presunta organización criminal ella solicitó a los servicios centrales de Hacienda crear un grupo conjunto de agentes de la Agencia Tributaria en Córdoba para mayor colaboración y culminar la investigación.

Una vez se terminaron las diligencias, tanto por parte de la Agencia Tributaria en Barcelona como de los compañeros de Córdoba enviaron sus respectivos informes tanto a la Fiscalía de Barcelona como la de Córdoba al apreciar claros indicios de delito fiscal . Sin embargo, la Fiscalía de Córdoba fue la más rápida y trasladó al juzgado la investigación. Una vez comenzó la de Barcelona al saber que la causa ya estaba en fase de instrucción judicializada en Córdoba decidieron delegar la investigación ese juzgado.

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