Feria 2019
Los caseteros de Córdoba, ante las dudas del control horario
Responsables de los recintos aseguran estar preparados para las visitas de la Inspección de Trabajo como ocurrió en Jerez
Los caseteros y trabajadores de la Feria de Córdoba tienen dudas sobre cómo actuar ante la nueva normativa que obliga a llevar un control estricto de los horarios de trabajo en todas las empresas. La norma también afecta a las casetas, como quedó claro en las visitas que la Inspección de Trabajo realizó en la pasada Feria de Jerez para reclamar los asientos horarios, lo que levantó la indignación del sector de la hostelería. En Córdoba ya no pillará de sorpresa , y así lo manifiestan algunos de los caseteros consultados por ABC.
En la caseta El Salmorejo ayer se afanaban en dar los últimos retoques y cargar los botelleros. Cada día trabajan en el montaje unas 30 personas , que subirán a 35 en los días de Feria, entre cocineros, camareros, seguridad... Su responsable, Miguel Gómez , asegura que todos sus trabajadores están contratados y dados de alta en la Seguridad Social, por lo que no teme ninguna inspección . «Nosotros cumplimos con sanidad, con la Seguridad Social, incluso tenemos cámaras instaladas... Aquí todo va según la normativa », afirma.
En la caseta del Salmorejo «todos los años tenemos inspecciones» , recuerda Miguel, por lo que una visita no le pillaría de sorpresa, pero lo cierto es que «todo está muy perseguido. No es nuestro caso, pero sí que hay alarma social » ante la posibilidad de un requerimiento de la Inspección de Trabajo. Por si acaso, «nosotros no bajamos la guardia», asegura el responsable de un recinto que cuenta con 140 socios y que en toda la Feria sirve hasta 600 flamenquines y 500 platos de jamón.
Un caso diferente es el de la caseta El Burladero , donde todos los que trabajan son voluntarios de la asociación del mismo nombre. El presidente del colectivo, Óscar Díaz , afirma que la nueva norma de registro horario no les afecta puesto que ellos no son trabajadores, sino voluntarios de la asociación. Las únicas personas contratadas y dadas de alta son el personal de seguridad. Pero como empresario en su vida personal, Díaz asegura que esa norma «es un disparate . Como empresario es una locura, porque eso es muy difícil controlarlo».
La caseta El Burladero tiene un objetivo principal: recaudar fondos para montar una radio en Córdoba donde se escuche «buena música», la misma que podrá oírse en el recinto esta Feria. «Es música que puede gustarle a todo el mundo, sin letras discriminatorias como las que se oyen para ahí, y con artistas locales», explica el representante. La asociación estima que la radio les costará unos 300.000 euros —«para lo que hacen falta 20 ferias», apostilla uno de los jóvenes—, aunque esperan que el coste se abarate.
Otro caso es el de los autónomos. Como Francisco Ojeda , copropietario de una empresa familiar de Moriles ( Bodegas San Pablo ), que cada día lleva el vino fino fresco desde su lagar hasta ocho casetas de la Feria . «Como autónomos estamos exentos de esa norma, pero en principio creo que va a perjudicar a empresarios y trabajadores. Se tenía que haber implantado poco a poco», asegura. Lo que sí le compensa es la subida del consumo de vino de Montilla-Moriles: «Cada vez hay más consumo, y los clientes son más exigentes con lo que beben en las ferias». No sólo rebujito se bebe en Feria.