MERCADO INMOBILIARIO
Aumenta la venta de casas señoriales en el Casco histórico de Córdoba
Su alto coste de mantenimiento y su alto valor le abocan a compradores caprichosos o para usos terciarios

El mercado inmobiliario de los edificios históricos en Córdoba va en aumento. Una agencia, Lançois Doval , está especializada en este tipo de residencias desde hace más de 25 años y tiene presencia en la provincia. Ofrece palacios, monasterios, castillos o casas señoriales por toda España a clientes muy exclusivos , entre los que se cuentan cinco mansiones en el centro histórico de Córdoba.
Robert Menetray , directivo de Lançois Doval, explica a ABC que se trata de un «mercado muy concreto. No hablamos de chalés o pisos, sino edificios que en su mayoría acaban siendo negocios o sedes de fundaciones, organizaciones o administraciones».
El tipo de cliente que busca este tipo de fincas es también especial. Los compradores particulares no sólo deben disponer del dinero —y son propiedades, lógicamente, de precio muy elevado—, sino que «se debe enamorar del producto» . Estamos hablando de «un comprador caprichoso, que quiere un valor añadido» a la hora de adquirir un edificio histórico como residencia. También hay, cómo no, empresas que adquieren casas palaciegas para convertirlas en hoteles o restaurantes . Ése parece ser el camino para salvar de la ruina a docenas de antiguas mansiones ahora abandonadas o en desuso.
¿Cuáles son las casas señoriales actualmente en venta? Además de las inmobiliarias locales, Lançois Doval tiene actualmente cinco en el mercado. Están en la calle Lineros, una casa inconfundible porque posee un altar callejero justo enfrente de Bodegas Campos; en Juan Rufo frente a la Fuenseca, una casa construida desde cero en 1995 pero que aún conserva elementos de su pasado señorial; en la plaza Abades, con fachada a dos calles y destinada al alquiler para hostelería o residencia; en la calle Cabezas, una casa solariega que ahora mismo se destina a eventos; y una espectacular vivienda en Tejón y Marín que en su día se desgajó del Palacio de los Guzmanes, y que también tiene un precio de infarto. Vivir allí cuesta 2.925.000 euros, sin contar reformas.