HOSTELERÍA

El Carrasquín, último nombre en sumarse a un año movido, de bajas y cambios, en las tabernas de Córdoba

ABC repasa los cierres y novedades más destacados en estos negocios emblématicos de la capital

Imagen de El Carrasquín RAFAEL CARMONA

Rocío Górriz

El Carrasquín , uno de los viejos bares de la Córdoba de toda la vida que se mantenían con buena salud, echará el cierre el próximo 16 de marzo para abrir una nueva etapa con una nueva gestión . El propietario del local, Rafael Carrasco, insiste en que se mantendrá abierto con «la misma esencia» y el mismo tipo de productos, e incluso mejorando su calidad. El equipo del bar se mantendrá intacto con nuevo nombre y nueva ubicación. Es la última novedad en un año que ha sido intenso para tabernas señeras de Córdoba , que han desaparecido o han sufrido cambios de calado.

El Carrasquín abrió sus puertas de la mano de Rafael Carrasco, parte de la saga familiar que formó también uno de los bares más conocidos de la zona El Correo. Su abuelo era Juan Carrasco, un emprendedor que puso un punto de venta ambulante de cerveza en la plaza de las Tendillas que es el origen del emblemático local. En 1971, el Carrasquín vino al mundo con una receta de éxito . Buena cerveza, buen vino, buena comida y un ambiente familiar. Pedro Zafra se quedó hace años con el negocio tras trabajar 35 años como camarero en la barra. Y el paso de propiedad a propiedad fue natural para todos los que pasan por una casa siempre acogedora entre cañas y molletes, entre guisos y frituras. Ha contado siempre con una ubicación estratégica junto a la plaza de las Tendillas, una clientela fiel de todas las edades posibles y un producto de primera calidad en los expositores.

Imagen de la taberna El Gallo V. M.

Pero éste es sólo es el último de los cambios que se han registrado en el último año en estos negocios en la capital. A principios de 2019, después de 83 años siendo testigo del devenir de la vida de sus parroquianos, cerraba sus puertas la Taberna El Gallo , en la Calle María Cristina. Su dueño, Antonio Moyano, decía adiós a una vida detrás de la barra como custodio de este santuario de los vinos locales, un templo para la Denominación de Origen Montilla-Moriles y compendio de las señas de identidad de las tabernas clásicas. Era un sitio menos para disfrutar de la tertulia y el tapeo, santo y seña del local, al igual que su fino o sus famosas gambas rebozadas y sus palillos envueltos.

Con la llegada de la primavera de 2019, también nos privaban de sus platos y buen ambiente dos tabernas irrepetibles : Juramento y Juan Peña . La primera llevaba entregada a nuestros usos y costumbres desde comienzos del siglo XX. No en vano, tuvo entre su lista de clientes habituales a personalidades tan destacadas como Julio Romero de Torres o el torero Manolete .

Imagen de la antigua taberna del Juramento ARCHIVO

Pocos establecimientos han podido igualar la belleza de su patio o de su pintoresco pozo. Asímismo, por su ubicación próxima a uno de los puntos más visitados de la ciudad , sus mesas se convertían en lugar de encuentro de comensales de todas partes del mundo , que venían en busca de las patatas bravas, pimientos rellenos o croquetas de espinacas y piñones, que ofrecían Pedro Álvarez y Dolores González, que estuvieron al frente del negocio durante los últimos quince años.

Adiós a Juan Peña

El mes de mayo también fue testigo de cómo, con su fallecimiento, Juan Peña dejaba huérfanos a los amantes de la cocina tradicional cordobesa . Su máxima aspiración fue siempre dar de comer como lo hacía su madre. Por eso, su desaparición deja un hueco irremplazable en el imaginario colectivo de la ciudad. Nadie como él reinterpretará auténticos mitos de la gastronomía local como el salmorejo o el flamenquín, de los que elaboró decenas de versiones. También elevó a la tan denostada casquería a la categoría de arte gracias a su buena mano. Además, será difícil dar con alguien que no sólo de bien de comer sino que ilustre a sus clientes con su repertorio inagotable de anécdotas.

A finales de 2019 , el local volvió a renacer convertido en La Vianda de María , segunda sede del restaurante con el mismo nombre ubicado en la piscina de Santuario. Comida casera y clásica que promete hacer algún que otro guiño al legado de Juan Peña.

También tiene ya sustituto Taberna Casa Salinas . Este templo del rabo de toro, las berenjenas, el salmorejo y el flamenquín, ubicado en plena Puerta de Almodóvar, ha desaparecido para dar paso a Taberna Casa El Globo . Se trata pues de una réplica más castiza del establecimiento que reza con la misma denominación en avenida del Brillante. Una propuesta gastronómica a medio camino entre la innovación y la tradición, dirigida a un público eminentemente familiar.

Sin embargo, permanece intacta la particular arquitectura de arcos y celosías que creaban en su antecesora un ambiente único e incluso místico conlos catavinos como testigos. Un reducto de costumbrismo cordobés en una zona cada vez más turística, con una oferta culinaria a veces desdibujada por la globalización y gentrificación creciente del barrio.

Imagen del bar Jorman V. M.

Otras dos bajas taberneras se producían en la recta final de 2019 . Isabel y Manolo, de Bar Jorman , se jubilaban y decidían poner punto y final a esta aventura tan dilatada y exitosa como hosteleros. Isabel Vidal fue, junto a su marido, el alma de la céntrica y popular taberna. Más de 30 años de buen hacer se vieron recompensados con el título de «Señora de las Tabernas 2019».

Las inmediaciones de la avenida de Ronda de los Tejares echarán de menos el ir y venir de clientes tanto a la puerta del popular establecimiento como a lo largo de su barra. Los incondicionales de sus croquetas, tortilla, riñones de cordero, pescaíto frito, rabo de toro o sus callos se han despedido de las recetas con sabor a hogar que salía a diario de la cocina de Isabel. Lo mismo han hecho también quienes durante años han sido fieles a sus míticos y personalizados desayunos a base de cafés y tostadas de la más variada índole.

Antonio Moreno, propietario de la taberna Luque Roldán Serrano

Y práticamente con las campanadas, Córdoba decía adiós a una taberna no tan veterana, pero sí que se había arraigado fuerte en la ciudad: echaba la persiana Taberna Luque , conocida como el «Rey de Tripadvisor en Córdoba» por las excelentes calificaciones que lograba en este portal de internet, de referencia para los turistas.

Abierta en 2013, su triunfo se debió a una propuesta gastronómica con una cocina casera, de mucha calidad , y un servicio muy cercano al cliente.

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