Tradiciones
El Carnaval de Córdoba regresa sin que las mascarillas puedan silenciarlo
La comparsa de Pablo Castilla, ‘Imagina’, canta en el Gran Teatro con apenas tres meses de ensayos por los contagios de Covid en el grupo
Si nuestra fiesta viene del Imperio Romano , ¿vamos a quedarnos ahora sin Carnaval por el Covid?» dice Pablo Castilla , uno de los comparsistas de más peso en el Carnaval de Córdoba , que este sábado presenta en el Gran Teatro su comparsa ‘Imagina’ .
ABC se coló en uno de sus últimos ensayos antes del estreno en el que relató el que ha sido «el peor año» de los más de cuarenta que lleva a sus espaldas sacando grupos tanto aquí como en el Teatro Falla. Ha habido contagios por Covid en casi todos los miembros de la agrupación y cambio de local de ensayo en hasta dos ocasiones para guardar la distancia de seguridad exigidas.
«No me planteé abandonar, pero sí que hemos pasado momentos muy duros, sobre todo en Navidad , cuando empezamos a contagiarnos uno a uno y tuvimos que cortar los ensayos un mes y medio ». A menos de treinta días del concurso, no podían repasar letras, acabar de montar el repertorio.
Fernandito Abad , uno de los guitarras del grupo, pregonero de 2017, confirma que «ha sido muy complicado porque la parte de la música requiere de ensayos físicos con caja y bombo ; estas dos últimas semanas hemos tenido que venir a diario».
Por las restricciones en los ensayos, las bases del concurso de agrupaciones permiten repetir repertorio en semifinales
Otro de los integrantes más veteranos, José María Leiva Salazar, antifaz de oro, confiesa que «hemos pasado momentos de bastante agobio porque queríamos salir, pero cuando caía uno detrás de otro tampoco sabíamos qué iba a pasar».
Enseguida añade que «después veías a Pablo, que por ser diabético es persona de riesgo y seguía con las mismas ganas y teníamos claro que la comparsa seguía adelante».
Todo ello a pesar de que han intentado cumplir estrictamente con las medidas de seguridad relativas a la distancia en espacios cerrados. Como el bar Miguel Pino de la Calle Motril era pequeño, la cofradía del Descendimiento les cedió su casa de hermandad para ensayar en un primer momento y han acabado de montar el repertorio en la escuela Peque Músicos del Sector Sur . «No ha sido inconveniente porque cada lugar tiene una acústica distinta», valora el autor.
Concurso más flexible
Las dificultades que la pandemia ha ocasionado en los ensayos para los grupos se han tenido en cuenta en las bases del XXXIX Concurso de Agrupaciones Carnavalescas , según explicó el presidente del jurado, Juan Banderas , pues como se sobreentiende que han tenido menos tiempo de preparación se podrá repetir pasodoble y cuplé en la fase semifinal (antes, solo se podía repetir en la final).
La situación de la comparsa de Pablo Castilla se ha repetido en la mayoría de agrupaciones como la chirigota ‘Los Pirueta’ de José Manuel González y Antonio Navajas que también sufrió contagios por Covid en la mayoría de sus componentes y paró los ensayos.
La cofradía del Descendimiento cedió la casa de hermandad por limitación de espacio del local de ensayo habitual
En su caso, sí que se planteraron abandonar el concurso pero, finalmente, pudo más la parte de los chirigoteros que quiso salir y este viernes estrenaron repertorio . Ensayan en su peña ‘Los Indecisos’ que por ser una nave industrial, este año la han compartido con ‘La comparsa majareta’ turnándose los días.
Gregorio Canto, director de ‘Hace dos años que no me crece’, explica que «a pesar del añito que llevamos no nos planteamos dejar de salir porque hace falta el Carnaval más que nunca ».
Algo que se comprende en el ensayo de la comparsa de Pablo Castilla cuando, al final del día y a pesar del cansancio y la incomodidad de las mascarillas , van llegando al local con sus monos de trabajo, sus uniformes de supermecado.
No importa el cansancio, ni la incomodidad de no poder respirar bien, ni las semanas restando horas de sueño y tiempo a la familia. El veneno del Carnaval es inexplicable y los repertorios que llevan dos años guardados en el cajón tienen que salir de las gargantas porque destilan crítica social, humor y libertad que no se puede acallar con mascarillas.
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