Hospital Reina Sofía de Córdoba

Hospital Reina Sofía | Cardiopatías congénitas: los niños que nacen con un corazón mal formado

El Reina Sofía de Córdoba afronta la enfermedad con una unidad especializada; el 90% de los pequeños pueden llevar una vida normal tras el tratamiento

La doctora Gómez, en el centro, conversa con voluntarias, familiares y pacientes en el Reina Sofía Valerio Merino

Rafael Verdú

Cada año, dos niños de cada 100.000 nacimientos vienen al mundo con algún fallo en el corazón . Durante el desarrollo del feto, el músculo cardíaco esencial para la vida no se ha terminado de formar, o no lo ha hecho correctamente. Son las cardiopatías congénitas , totalmente diferentes de las patologías del corazón que sufren los adultos, generalmente relacionadas con hábitos de vida. Un niño recién nacido aún no ha podido experimentar con los factores de riesgo, pero aun así puede nacer con un corazón malformado. Por suerte, existen tratamientos con alto nivel de éxito y, para aplicarlos, el Hospital Reina Sofía de Córdoba dispone de una unidad de Cardiopatías Congénitas. A su frente está la doctora Elena Gómez, que cuenta con un equipo formado por numerosos profesionales entre los que se cuentan cardiólogos de adultos, cirujanos cardiovasculares y el personal de enfermería.

Las cardiopatías congénitas -esta semana se ha celebrado el Día Mundial -, como todo en la literatura médica, tienen nombres extraños y alarmantes. La doctora Gómez las detalla una a una: entre las más graves que se pueden tratar en el periodo neonatal están la trasposición de grandes vasos, el ventrículo izquierdo hipoclásico, la coartación de aorta y la atresia pulmonar; y entre las más frecuentes más allá de los primeros seis meses de vida se encuentran la tetralogía de Fallot, la comunicación intraventricular o el canal aurículo ventricular.

Todas ellas tienen tratamiento , que puede darse por tres vías, explica la cardióloga. En primer lugar, los tratamientos médicos y farmacológicos «para favorecer que el niño crezca de forma adecuada y llegue en buenas condiciones al momento idóneo de la intervención física». Después están las operaciones, que son de dos tipos: la cirugía correctora o el cateterismo . «No son excluyentes puesto que hay cardiopatías que se reparan exclusivamente por cateterismo, pero muchas necesitan los dos tipos de abordaje», puntualiza Gómez.

Una doctora examina a una menor en la unidad de Cardiopatías Congénitas Valerio Merino

Con un tratamiento adecuado, el 90 por ciento de los pequeños que nacen con alguna malformación en el corazón pueden llevar una vida normal, con el músculo reparado y una circulación a través de los dos ventrículos. Gómez avanza que «su calidad de vida es muy buena, son niños que van al colegio, pueden hacer ejercicio y no son dependientes». En el 10 por ciento restante, por desgracia, no se puede reparar por completo el corazón y tienen un pronóstico un pronóstico peor; deberán de ser intervenidos más veces y, a largo plazo, es muy probable que tengan que pasar por un trasplante de corazón.

Vigilancia de por vida

En todos los casos, tanto si se ha corregido la malformación cardíaca como si no, los pacientes tendrán que estar vigilados de por vida. Durante la infancia el corazón seguirá creciendo al igual que lo hace el resto del cuerpo, y los parches o válvulas que se hayan instalado requieren una revisión continua. «Algunos también necesitarán medicación de por vida, pero para muchos no será necesario», avanza la doctora Gómez.

La cardióloga aclara que las cardiopatías congénitas son totalmente diferentes de las patologías que sufren los adultos, que tienen carácter isquémico -disminución en la circulación de la sangre- o de insufuciencia cardíaca. Por ello, los pacientes que sufren una cardiopatía congénita necesitarán la asistencia de un cardiólogo especializado incluso en la edad adulta. Las enfermedades , los tratamientos y las cirugías son tan diferentes entre sí que si un galeno no está especializado «no sabe manejarse con estos pacientes», asegura la doctora Gómez.

Parte del equipo de Cardiopatías Congénitas del Reina Sofía Valerio Merino

El Hospital Universitario Reina Sofía es el centro de referencia en cardiopatías congénitas para otras provincias del entorno, por lo que atiende más pacientes de lo que indica la media de casos. Pero además, dispone de convenios con dos organizaciones no gubernamentales que se encargan de poner los medios para llevar a niños que padecen la enfermedad pero cuyos países de origen no disponen de los medios necesarios para atenderlos. Se trata de Tierra de Hombres e Infancia Solidaria .

La primera ONG busca a los pequeños en países del tercer mundo, sobre todo en África , y realiza un primer diagnóstico que suele ser bastante acertado, declara Gómez. La segunda, por el contrario, atiende a petición de las propias familias afectadas y lo hace por todo el mundo. El Reina Sofía lleva más de una década atendiendo a estos pequeños que han superado ya el centenar de casos, termina Gómez.

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