GASTRONOMÍA
Los caracoles ya están en Córdoba
La nueva temporada viene con gran variedad de salsas
Una pareja se acerca tímidamente hasta el puesto « El Caracol de Oro », para preguntar si ya pueden probar los caracoles pese a ver que aún están colocando mesas. El responsable del puesto, Mateo Díaz Mejías , sonríe y anuncia: «señores, acaban de llegar los picantones si quieren les sirvo un cuenco, aunque es temprano, y el pan aún no nos los han traído. En 15 o 20 minutos llegarán el resto de especialidades de caracoles».
Las grandes ollas comienzan a bullir en «El Caracol de Oro», frente a Turruñuelos como en el resto de los 45 puestos repartidos por los principales distritos de la capital. El joven Díaz Mejías recuerda que han recibido varios primeros premios por «lo bueno que están». Este año, apostilla, añaden nuevas especialidades como los caracoles «a lo funghi» o « a la cerveza con espuma suave y un toque de alioli», por lo que además ofrecen degustaciones. En cuanto al volumen de ventas, Díaz asegura que «empezamos la campaña limpiando diariamente 300 kilos » de estos moluscos gasterópodos para dos puestos, unos 150 kilos cada uno. «Lo que más pide la gente son los caracoles con caldo , le siguen los picantones, cabrillas en salsa y los gordos. Los nuevos son para el plato de degustación por cinco euros y cuatro especialidades», comenta Mateo Díaz.
Los de toda la vida
En pleno Centro, el tradicional puesto de Los Patos I lleva en este enclave 28 años . Es la tercera generación que mantiene la misma receta de antaño. No han faltado ni a una sola campaña, lo dice María Cebrián , con dos puestos más abiertos en Enrique Puga (Los Patos II) y Vista Alegre (Los Patos III).
María asegura que han sido los primeros en probar los caracoles y este año están «buenísimos». Cuenta que sus especialidades son los de caldito, carbonara , picantones y gordos en salsa. «Pero a mi hijo que le gusta innovar además de los que tengo tiene con salsa de almendras , a la marinera y con salsa roquefort», matiza.
«El día que llueve estamos listos , nos cuesta el dinero; la gente no nos ve nada más que cuando estamos llenos, pero son muchas horas de trabajo. Hay días que se hacen 50 kilos al día y otros 70; llegamos a las 10 de la mañana y nos vamos a casa a las 12 de la noche», recuerda María. Matiza que aunque han subido los impuestos y los caracoles se los venden un poco más caros , ellos han mantenido el precio del año pasado.