El camino de la vida

DOS cazadores avanzaban juntos por un camino cuando un oso apareció de repente, ante ellos, pillándoles desprevenidos. Antes de que el animal llegara, uno de ellos corrió a un árbol que había al borde del camino, y trepó a sus ramas para esconderse. El otro no era tan ágil, y como no sabía escalar, se echó al suelo y fingió estar muerto. El oso se acercó y lo olfateó por todas partes, pero él se quedó totalmente inmóvil y contuvo la respiración, pues dicen que los osos no tocan un cuerpo muerto. Cuando se fue el oso, su «amigo» le dijo: «Qué suerte, parecía que el oso te decía algo y te perdonaba». Sí, me dijo: «Nunca más vuelvas a viajar con un amigo que te abandona cuando llega el peligro».

Las adversidades ponen a prueba la amistad. En realidad esta enseñanza de cómo ayudar a los que nos acompañan aparece ya en la Biblia , en el Antiguo Testamento . Y el protagonista es el protector de Córdoba .

Cuando Tobías se disponía a emprender un largo viaje, «fue en busca de uno que le acompañara y se encontró con Rafael, que era un ángel ( Tob 5, 4 )». No sabía quién era, pero a lo largo del camino experimentó su protección. Le condujo hasta su pariente Raquel, con cuya hija Sara se casó. Después de liberarla de un mal espíritu. Curó la ceguera de su padre, Tobías. Al regreso del viaje, el Arcángel dijo: «Yo soy Rafael , uno de los siete ángeles que presentamos las oraciones de los justos y tenemos entrado en la majestad del Santo » (Tob 12, 15).

La vida es un viaje muy largo que acaba en Dios . Necesitamos protección y consejo. Nos podemos perder o entretener innecesariamente. Dios ha señalado a cada uno un camino: la vocación personal. No nos podemos equivocar, hay que cumplir el camino que Dios señala a cada uno.

San Rafael es guía de los que han de conocer lo que Dios espera de ellos. Para la inmensa mayoría el camino que Dios quiere es el matrimonio, camino de santidad: ¿Te ríes porque te digo que tienes «vocación matrimonial»? «Pues la tienes: así, vocación. Encomiéndate a San Rafael, para que te conduzca castamente hasta el fin del camino, como a Tobías » ( San Josemaría , « Camino », 27).

Dios nos llama a cada uno para que participemos en su proyecto de salvación. Él llama y sabe cuáles son los mejores planes: «No me habéis elegido vosotros a mí, sino que Yo os elegí a vosotros» (Jn 15, 16).

Cuando un director de cine busca una actriz escoge, esmeradamente, entre muchísimas candidatas. En la eternidad, Dios proyectó el Universo entero y escogió a los protagonistas. En su mente desfilaron todas las personas posibles. Al ver tu imagen, dijo: ¡ésta! La decisión de Dios del camino de cada uno es facilitarnos las cosas, para que nos dirijamos a Él. Como el director de cine que busca a la actriz, y la necesita para que desarrolle una misión. Dios es puro amor y nos da la vida, y nos espera en una vida para siempre, si le obedecemos y procuramos cumplir su plan para los nosotros. Igualmente ayudar a los amigos, para que encuentren su camino en la vida, y procurar acompañarles siempre, es una de las grandes obras de misericordia.