Turismo
Camino Mozárabe de Córdoba, la ruta de los peregrinos que aman la soledad
Apenas 1.500 viajeros transitan cada año por la provincia hacia Santiago de Compostela en un trazado de 250 kilómetros
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Caminos hasta Santiago hay muchos. Se cuentan por docenas, recorren toda la geografía española y buena parte de la europea. Los más populares, sin embargo, están masificados y ya son una eterna romería. Es una curiosa paradoja, pues el Camino de Santiago comenzó siendo eso, una peregrinación católica a Santiago en lugar de a Roma -de ahí viene la palabra «romero»-. Pero hay viajeros, sobre todo los más veteranos, a quienes las multitudes aburren, que huyen de los «turigrinos» y buscan algo que en otros caminos -el Francés, el Portugués, el del Norte, el Primitivo...- es más difícil encontrar, cuando no imposible.
Ese «algo» lo tiene el Camino Mozárabe , una ruta milenaria que en la Edad Media conectaba Málaga, Jaén y Granada con Santiago de Compostela. Los caminos se unían al sur de Baena y recorrían después toda la provincia de Córdoba en dirección noroeste hasta llega a Mérida, donde la ruta enlazaba con la Vía de la Plata . Tras muchos años de olvido, el Camino Mozárabe es hoy una alternativa viable, bien señalizada y con adecuados servicios para los peregrinos que buscan la soledad, el recogimiento y, por qué no decirlo, la bonhomía de sus lugareños. De la España vacía y de las gentes del campo, de las que tanto se habla.
No existen unas estadísticas fiables de cuántos peregrinos recorren esta ruta que, a lo largo de más de 250 kilómetros , conecta Alcaudete (Jaén) con Monterrubio de la Serena (Badajoz) por tierras cordobesas durante diez etapas. En cualquier caso, no son muchos. La Oficina del Peregrino de Santiago registró en 2018 únicamente 37 caminantes que iniciaron su andadura en Córdoba capital, en un año en que recogieron su bula compostela más de 327.000 viajeros -tantos como habitantes tiene la ciudad califal-. De aquí a la tumba del apóstol hay, para ser exactos, 1.013 kilómetros, y eso por el camino más corto. No todos los peregrinos están preparados para afrontar una ruta tan larga; a otros los desanima el miedo al calor del verano -y no es para menos, con etapas que rozan los 40 kilómetros-, por lo que el Camino Mozárabe suele recorrerse en primavera o en otoño.
Cuatro caminantes al día
Al margen de las estadísticas oficiales, a las que escapan decenas de miles de peregrinos por uno u otro motivo, la asociación Amigos del Camino de Santiago-Camino Mozárabe de Córdoba sí tiene alguna aproximación acerca de cuántos caminantes atraviesan tierras cordobesas en dirección a Santiago. Su presidente, Isidro Rodríguez , calcula que en el último trimestre del año pasado pasaron sólo por Castro del Río entre 200 y 300 peregrinos. A partir de ahí, estima que cada año pueden ser entre 1.400 y 1.500 en algún punto del recorrido. De media, cuatro caminantes por día repartidos entre los 250 kilómetros de ruta. Lo tienen complicado para gritar «¡ultreia!», el saludo tradicional que se dan los peregrinos que se cruzan.
La tranquilidad que ofrece el Camino Mozárabe puede que sea uno de sus mayores atractivos. Hasta aquí llegan, asegura Rodríguez, « peregrinos de largo recorrido , que ya han hecho antes otros caminos y vienen por curiosidad». En estos casos el punto de referencia es Córdoba capital y su atractivo monumental y turístico. Algunos arrancan su viaje justo desde la parroquia de Santiago ; otros la toman como su destino final tras haber partido de Jaén, Granada o Málaga y «pasan aquí alojados dos o tres días». Como un turista más, sólo que ha llegado andando. Como mucho, en bicicleta.
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El perfil del peregrino «mozárabe» tiene otras características que lo hacen único. El 70 por ciento de los caminantes, asegura la asociación, son extranjeros y, en contra de lo que se pudiera pensar, tienen un elevado poder adquisitivo . Hacen turismo con mochila, no de mochileros. Suelen ser personas ya con edades entre 50 y 60 años que huyen del bullicio juvenil que impera en los Caminos del norte. Son «jubilados activos», como dice Isidro Rodríguez, con un nivel socio cultural medio-alto «pero que buscan la soledad del camino». Y además, « vienen muchas mujeres solas », por lo que la asociación se ha esforzado en mejorar la seguridad en el Camino Mozárabe apoyando en lo que puede a la Guardia Civil . «La seguridad nos preocupa pero es un tema que tenemos muy trabajado», apunta Rodríguez. El año pasado la asociación organizó con la Benemérita varias etapas por Córdoba , con motivo del 175 aniversario del Cuerpo, bajo el lema «Camino Mozárabe. Un camino seguro».
Puede que viajen en solitario o en pareja, pero como los hinchas del Liverpool, los peregrinos del Camino Mozárabe nunca caminarán solos. La hospitalidad que les profesan los habitantes de los pueblos de la ruta es una de las características que más valoran. Según el presidente de la asociación, «cuando se marchan nos ponen siempre muy bien y agradecen mucho la acogida , que creen que es mucho mejor que en otros sitios».
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