Rafael Aguilar - El Norte del Sur
Cambio en singular
Todo muy sensato: la alcaldesa celebra una fiesta de los dos años del cogobierno y no invita al socio
EL cambio sensato tiene estas cosas: que el sentido común se queda por el camino. El caso es el siguiente: usted se presenta a las elecciones municipales de 2015, saca un resultado digno de elogio pero tampoco para tirar cohetes, mayormente porque los siete concejales que ha conseguido no son suficientes ni de lejos para formar gobierno, pero usted y los suyos, que le aplauden mucho y siempre, se empeñan en que Córdoba necesita un revulsivo y entonces se pone al habla con la izquierda que le pasa por la izquierda, que ayer era mala malísima y ahora ya no tanto, y llegan a un acuerdo para armar un pacto, y resulta, ay, que la suma de los ediles de los dos partidos tampoco llega a una mayoría suficiente y entonces vuelve a coger el teléfono y marca el número de la otra izquierda, la de más allá de los márgenes y a la que ha puesto como un trapo en la campaña electoral, para ver si quiere entrar en el guiso y después de una consulta a las bases vía asamblea deciden que sí pero que no, que la van a ayudar sólo un poquito, lo justo para que usted pueda ser alcaldesa porque la derecha lo está destrozando todo y como sigamos así van a consumar el expolio, y sucede que acaba siéndolo. Alcaldesa .
Pasa el tiempo, dos años en concreto, y usted se crece porque ve, aunque sea de los únicos que lo hacen, que la cosa marcha, que la ciudad cambia, que la senda del progreso está abonada, ya era hora, hemos tenido que llegar nosotros para arreglar esto.
Y hace una fiesta en plan vamos a celebrar lo que hemos conseguido juntos. Y la organiza en un marco incomparable, añaden en las redes sociales. Y el Palacio de Viana , que está precioso en la noche del final de la primavera, se llena de sonrisas y de felicitaciones, y hasta un violinista le pone música a la felicidad de liderar el proyecto que necesitaba Córdoba para sacarla de su ostracismo secular.
Los invitados se achuchan en abrazos y se dan besos, baten las palmas de las manos, atienden a los vídeos de los concejales, que responden después a las preguntas espontáneas de los asistentes, lo mismo de los temas que están dentro de su competencia como de los que lo son sólo a medias.
Sí, porque nadie se ha molestado en invitar a los socios de gobierno de Izquierda Unida , qué cosa más sensata, como la evidente transformación que experimenta la ciudad. Lo que hemos hecho lo hemos hecho juntos pero la gloria, si es que la hay, para la menda lerenda. En un alarde de imaginación y de originalidad el discurso desliza una propuesta estrella: la de poner aire acondicionado en todos los colegios públicos de la capital.
Así a bote pronto la memoria dice que Rafael Blanco , que andaba por cierto en el Patio de las Columnas de Viana , ya lo prometió en la campaña de las municipales de 2007. Pero entonces no había cambio climático y por eso la cosa no cuajó. Una parte del cogobierno ya tiene constancia del calentamiento global y quiere tomar medidas. La otra dice que no tienen vergüenza.