Historia de Córdoba
Así era el aspecto original del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba
Durante la edad moderna el recinto dispuso de una quinta torre de origen romano en el lienzo oriental, ya desaparecida
A lo largo de dos milenios, todas las culturas y civilizaciones que han pasado por Córdoba hicieron de lo que hoy es el Alcázar de los Reyes Cristianos uno de los centros de poder político, militar o económico -o todo a la vez- de la ciudad. La imagen exterior que hoy en día ofrece el edificio se corresponde 'grosso modo' con el uso final que le dieron los cristianos , como atestigua su nombre.
Toda la zona del Alcázar ha vivido enormes modificaciones a lo largo del tiempo que se intuyen por los abundantes restos arqueológicos de diferentes épocas que han aparecido bajo el suelo. Con esos recursos, y el apoyo de las nuevas tecnologías, un equipo de ingenieros (Juan José Moreno, Jerónimo Sanz y Enrique Burgos) de las universidades de Córdoba, Málaga y Almería publicó en 2014 una reconstrucción con modelos en tres dimensiones del aspecto que tuvo el Alcázar cordobés en diferentes etapas.
Para ello emplearon técnicas novedosas como la fotogrametría , que permite obtener mediciones precisas a distancia, para lo que usaron un dron así como programas informáticos de diseño en 3D. El siguiente paso fue elaborar infografías con los datos obtenidos y sobre la base de dos ilustraciones históricas que mostraban el estado del Alcázar en 1567 (según Anton van der Wyngaerde) y 1860 (por Alfred Guesdon). O lo que es lo mismo, tres siglos de cambios y remodelaciones.
Las diferencias con el estado actual son llamativas. Así, en 1567 el Alcázar de los Reyes Cristianos era una fortaleza con un gran patio central sobre el que no existe más información acerca de su distribución. Además, disponía de una quinta torre que no se ha conservado, justo en mitad del lienzo oriental de la muralla, a mitad de camino de lo que hoy es la calle Santa Teresa Jornet. Su origen es presumiblemente romano y debió servir de nexo de unión entre la muralla de esa época y el lienzo este del Alcázar. Recientes excavaciones arqueológicas, según indican los ingenieros, han demostrado su existencia en el mismo lugar que aparece en el grabado de Wyngaerde.
Otras diferencias del monumento hace casi 500 años también tienen que ver con las torres. Mientras que las del Homenaje y de los Leones , ambas en el lienzo norte, se han conservado prácticamente igual, no ocurrió lo mismo con las dos del lado meridional, el más cercano al río.
La atalaya de la esquina sureste, llamada de la Paloma , tenía en el siglo XVI una sección cuadrangular (hoy es circular) y estaba coronada por un tejado a cuatro aguas. La torre de la Inquisición , en lado opuesto, seguía casi igual aunque aún no tenía el añadido de un cuerpo octogonal .
Mucho más cambiado estuvo el Alcázar en el siglo XIX tras varios siglos de evolución. Para empezar, la ilustración de Guesdon muestra varios edificios en el interior del patio de la fortaleza . Los autores determinan que hace 160 años «el interior del complejo se encuentra definido por un edificio central de aproximadamente 3 alturas acompañado por otro cuerpo anexo de dos alturas en la fachada sur. Junto al lienzo de muralla este se observa otro elemento arquitectónico de dos o tres alturas rematado con una cubierta transitable que se encuentra conectada al adarve de la muralla».
Prácticamente ninguna de esas edificaciones se ha conservado . Se hallaban en lo que hoy es el Patio de las Mujeres, plagado de restos arqueológicos. Además, la torre de la Inquisición ya presenta su añadido octogonal mientras que la de la Paloma se ha tranformado en un torreón circular. Las murallas habían perdido para entonces sus almenas y se había añadido un edificio al lienzo este del Alcázar. Así, en 1860, el Alcázar de los Reyes Cristianos ya ofrecía un aspecto bastante parecido al que vemos hoy en día.
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