Trabas del Ayuntamiento

El calvario de las cofradías

Tras la llegada del cogobierno de PSOE e IU ha habido más de media docena de desaires

Entrada de la Santa Faz a la Catedral V. M.

LUIS MIRANDA

Veintidós semanas y cincuento cincuenta y cuatro días. El tiempo es siempre el mismo pero, como enseñó Kafka, se hace elástico según las circunstancias, y para las cofradías de Córdoba los meses transcurridos desde la llegada al poder del último gobierno municipal hasta hoy han sido un calvario, casi u n via crucis con bastante sufrimiento, mucha incertidumbre y una actitud de constante provocación desde ámbitos políticos.

En teoría, nada debían temer las hermandades de una ciudad que habían convivido con gobiernos de Izquierda Unida , sola o con el PSOE, durante 28 años. El PSOE, que representa a una izquierda más moderada , se aplicó con denuedo a distanciarse de las cofradías desde el primer momento. Si Isabel Ambrosio tomó el bastón de mando el 13 de junio, una semana después pudo haber mostrado algún signo de cortesía con la magna «Regina Mater».

Plantón a la Regina Mater

La regidora no estuvo presente en ningún momento, algo que también había hecho José Antonio Nieto en el multitudinario Via Crucis Magno de 2013, pero además anunció que en su lugar acudía a un acto deportivo a la misma hora en el barrio de Las Palmeras.

No sentó bien, pero la cosa no iba a quedarse en el leso protocolo. El teniente de alcalde de Seguridad, Emilio Aumente , ya había criticado el horario y el día escogido, en que se soportaron temperaturas inusualmente altas para la época del año, además de poner pegas a la seguridad. Para entonces ya se sabría que ningún miembro del equipo de gobieno acudiría a las procesiones, menos por convencimiento propio que por la presión de Ganemos .

El verano se presentaba, con todo, con ciertas esperanzas. Manuela Gómez se despidió como delegada de Cultura con la noticia de que no se aceptaba el recurso de Rafael de La-Hoz contra la segunda puerta en la Mezquita-Catedral .

El hijo del arquitecto al que se atribuía la celosía anunció otro recurso, pero a Cultura llegaba alguien a quien no se tenía por un enemigo: Francisco Alcalde, presidente de la Agrupación de Cofradías de 2000 a 2008.

Pero el calvario no había hecho más que empezar . El primer teniente de alcalde, presidente de Urbanismo y líder de IU, Pedro García , ya advirtió que no iba a dar sin más la licencia de obra para la segunda puerta, por mucha autorización que tuviera. Lo llevaría a la Unesco, aunque el siguiente recurso ante la Consejería de Cultura impidió que cumpliera su intención de demorarlo directamente.

¿Pagar por ocupar la calle?

Ni en verano hubo paz. El concejal de Seguridad volvió a liderar la estrategia de poner las cosas difíciles e insinuó que se había terminado lo de ocupar las calles para procesiones y ensayos de costaleros.

De ahí en adelante se podía denegar el permiso o hasta pedir dinero por hacerlo . Días después se desdijeron, pero quedó la duda de si era más un globo sonda que un error. Fueron días en que las cofradías aparecieron en la agenda del Ayuntamiento y nunca para bien.

Sin Museo Cofrade

El anterior Gobierno municipal había comenzado con la restauración del antiguo convento de Regina, que tendría dos usos: e l Museo Cofrade y el de las Tres Culturas . Izquierda Unida no tardó en decir que le parecía «un disparate» que el dedicado a la Semana Santa fuese allí.

En aquel momento fue la gota que colmó el vaso para que la Agrupación de Cofradías y muchos hermanos mayores salieran pidiendo respeto al Ayuntamiento. Eran los últimos días de agosto y el Consistorio no había tardado en hacer notar sus intenciones. De poco antes datan los arrebatos laicistas d e retirar el Crucifijo de la Alcaldía y sobre todo el amago de retirar el cuadro de San Rafael, que muchos cofrades sintieron como un ataque a la identidad cristiana.

La Fuensanta relegada

El bombero tendría que haber sido el teniente de alcalde de Presidencia y delegado para las Cofradías, David Luque . Había estado en la junta de la Agrupación. Pero los incendios se multiplicaron.

El Ayuntamiento dio a las fiestas de la Fuensanta un sesgo otra vez social y nada religioso y se excluyó la procesión de la Virgen, que la Agrupación de Cofradías hace desde 2011, del programa de actos oficial.

Una concejal del gobierno local afirmó que la procesión tenía la misma importancia que el piragüismo . Y David Luque se estrenó diciendo que las cofradías no eran más importantes que las peñas y el dominó como para tener un trato distinto.

Una tregua muy breve

Había que reconstruir los puentes. El 10 de septiembre, de forma en principio casi secreta, la alcaldesa recibió al presidente de la Agrupación, Francisco Gómez Sanmiguel, y le pidió perdón por las «palabras desafortunadas» .

Poco después, el mismo David Luque compareció ante la asamblea de hermanos mayores y escenificó la distensión: todo iban a ser facilidades. El símbolo fue la visita de la alcaldesa a la Esperanza el 17 de octubre, cuando la cofradía suspendió por la lluvia su procesión extraordinaria.

El gesto relajó a las cofradías, pero disgustó a sus socios de Ganemos , que no tuvieron empacho en decirlo. Sin embargo, la victoria iba ser breve. La consejera de Cultura, Rosa Aguilar , decidió poco después llevar a la Unesco el proyecto de la segunda puerta y el Icomos lo castigó con dureza. El Ayuntamiento, o al menos IU, le dio la razón y se sumó al boicot . Desde junio las cofradías viven un perpetuo día de Semana Santa con lluvia.

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