CALLEJERO SENTIMETAL DEL CASCO HISTÓRICO DE CÓRDOBA

Callejero sentimental de Córdoba | Zarco: cine de verano y postigo de palacio

La piscina solo para mujeres y niños pasó a la historia, pero en una calle que ha renovado gran parte de las casas pervive su cine de verano

La torre de Santa Marina sobre el cartel del cine Olimpia, en la calle Zarco Valerio Merino

Francisco Solano Márquez

El nombre de la calle Zarco , que nace en Rejas de Don Gome y sube hasta la iglesia de Santa Marina , 190 metros más arriba, forma parte de su misterio. Debajo del nombre vigente que figura en los extremos de la calle, el azulejo antiguo dice «Calle del Zarco», lo que induce a pensar que fue una persona. Y don Teodomiro, al que siempre se acude, nos lo aclara: «Cualidad de uno de sus antiguos moradores, el que a la vez era el de más viso de toda la calle, que de esto tomó el nombre del Zarco», topónimo que se remonta hasta el siglo XV . También se aplica a los ojos de color azul claro.

La calle tiene un trazado en forma de «cuatro» y por tanto consta de tres tramos. Es una calle muy renovada en su arquitectura, pues desaparecieron muchas de sus antiguas casas de vecinos para transformarse en pisos y en viviendas unifamiliares alrededor de un patio. Son muy pocas las casas cerradas y deshabitadas , sólo dos, la 11 y la 20. Por el contrario, la mayoría de las casas antiguas han sido renovadas, como es el caso de los números 1, 2, 3, 5, 6, 8, 9, 10, 12, 15, 16, 18 y 22. (Perdón por tanto número; no pretendo marearles). Y en la misma medida se ha ido renovando la población.

El artesano Rafael Aguilera trabaja en su taller para el producto Patios Artesanos Valerio Merino

En el número 6 tiene su taller Rafael Aguilera , creador de la marca y el producto Patios Artesanos , con tienda en Hermanos López Diéguez, especializado en la confección de patios en miniatura, que incluye entre sus creaciones la popular Regadora de la Puerta del Rincón . Hablando de patios, en un balcón de la calle cuelga un vinilo con la metáfora que Antonio Gala bordó: «Las flores cantan más que pájaros en la jaula del tiesto colgado en la pared».

Cine de verano

La calle Zarco es una de las pocas del casco antiguo que conserva su cine de verano . Abierto en 1947, primero tomó el nombre de la propia calle, pero a partir del 62 fue rebautizado como Olimpia -la ciudad griega cuna de las Olimpiadas-, y sigue activo en verano. Así que ha cumplido 72 años. Es un gran solar cuadrangular con la pantalla situada en un ángulo, lo que permite colocar las filas de sillas en sentido diagonal. No falta el ambigú, donde proveerse de bocadillos, cervezas y refrescos mientras vemos la última película de Pedro Almodóvar , por ejemplo. A principios de los años cincuenta había en Córdoba una veintena de cines «bajo las estrellas», que fueron aumentando hasta rebasar la treintena en los sesenta, aunque, como lamentaba Juan Bernier , algunos se crearon «sobre los antiguos y deliciosos huertos». Pero permitían que las clases modestas gozaran de los estrenos de la temporada a precios económicos. «Decenas de mujeres modestas, esposas de obreros de escaso jornal, cargadas de chiquillos, sacan sus entradas para soñar un poco frente a la pantalla», escribía el periodista Juan Latino. Al exterior el cine muestra una equilibrada fachada simétrica, blanca y pajiza, flanqueada por dos pares de graciosos pináculos. Lástima que siempre haya coches delante, hoy cuento seis. En este cine suele montar su cruz de mayo la hermandad de la Esperanza, con bar, folklore y baile si encarta.

A doña Sofía Lancaster, Marquesa de viana, le molestó la construcción de un bloque de pisos junto a su jardín

A la plazuela abre el postigo del Palacio de Viana , que comunica con el invernadero y el modesto patio de los Jardineros, y por encima de la tapia asoma la copa de la encina centenaria que pervive en el jardín. Manuel Patiño, alma del Palacio tras su adquisición por la Caja Provincial de Ahorros en 1980, para abrirlo como museo, me relató un día ya lejano el disgusto que se llevó doña Sofía, la Marquesa , cuando al regresar de una larga ausencia vio que habían construido junto al jardín un bloque de pisos y llamó muy enojada al alcalde por haberlo permitido. Y es que el nuevo edificio perturbaba la estética del jardín y la privacidad de los aristócratas.

Casa número 20, donde estuvo la piscina sólo para mujeres y niños Valerio Merino

A mediados del siglo pasado se abrió en la casa número 20, ya en el tercer tramo, una piscina muy peculiar, pues solo admitía mujeres y niños , nada de varones. No era extraño en una época en que la educación estaba segregada, lo que hará reír a los muchachos de hoy. ¡Cómo hemos cambiado! La casa aún se mantiene en pie, aunque cerrada y abandonada, pero su jardín y piscinas están protegidos. Algo más de cien metros cuadrados tiene la piscina grande y más pequeña es la infantil (Google Earth permite contemplarlas). Carmen Guijo , que la frecuentó de niña, dice que «era más parecida a una alberca, siempre se oía la radio y los niños chapoteaban; había un ambiente muy relajado». En cuanto a su calle Zarco, la recuerda «tenebrosa de noche, pues no había luz, pero ahora es alegre y tiene vida».

Patios de concurso

Hasta cinco patios de la calle Zarco han participado en el concurso municipal, los números 3, 5, 8, 13 y 15; los que más, los dos últimos, pues los otros tres lo hicieron esporádicamente. El de Zarco 13 volvió a concursar en 2018, después de trece años ausente, presentado por Santiago Hernández como homenaje a su abuela Julia Alonso, cuidadora del patio hasta su muerte. Muy tierno. Consiguió incorporar macetas del famoso patio de Montero 12, ya cerrado por entonces. El de la casa 15 es el patio mimado por Juana Romero en el que llama la atención un viejo helecho arborescente. Algunos turistas arrojan monedas a su fuentecita, con la ilusión de volver.

En la casa número 20, hoy deshabitada, hubo una piscina para mujeres y niños, que aún se conserva

La casa número 5 -con fachada de rojo almagra rebajado- concursó una sola vez, en el 92; años después sucumbió a la piqueta y fue reemplazada por una nueva con ocho viviendas, pero mantiene el patio, de planta rectangular, aunque reformado, recorrido en dos de sus lados por arcos de medio punto sustentados por las erosionadas columnas toscanas recuperadas del antiguo, mientras en el centro del suelo enlosado figura lo que parece un viejo brocal de piedra. Los propietarios suelen mantener abierta la puerta de la calle, así que el patio está visible a través de la cancela, lo que es de agradecer.

Patio de la remodelada casa de Zarco, 5 Valerio Merino

Zarco desemboca, en confluencia con las calles Morales y Tafures, en la plaza del Rector, al tiempo que regala la contemplación de Santa Marina por el lado de la epístola y, sobre todo, de la imponente torre renacentista de Hernán Ruiz II , con los arquitos pareados flanqueados por pilastrillas jónicas que alojan las campanas. Lo más curioso de la torre son las cabezas de leones situados bajo la cornisa del cuerpo de campanas; ¿qué defenderán?

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