ABC VERANO
El callejero del misterio de Córdoba: conoce las rutas para pasar una noche de miedo
Extrañas apariciones, fenómenos paranormales, lamentos en la noche... ABC te desvela los rincones del «turismo de fantasmas»
Más allá de las rutas guiadas siguiendo los «cauces» erosionados por el paso de turistas que recorren el patrimonio monumental de la ciudad, existen otras que suelen pasar desapercibidas y que hablan de misterios y leyendas de antaño; de fenómenos sin explicación y dibujan el «callejero del miedo» de Córdoba.
Los amantes de esos mitos que ponen la piel de gallina y de los sucesos paranormales pueden disfrutar en la ciudad de una experiencia fantasmagórica por algunas casas y enclaves encantados, bien por cuenta propia, o de la mano de empresas que organizan este tipo de tours , como Córdoba Misteriosa (aquí puedes consultar las rutas que oferta, horarios y precios) .
A continuación, te revelamos algunos de los rincones que recoge José Manuel Morales en su «Guía secreta de las casas encantadas de Córdoba», y que tienes que visitar si te gusta el turismo de fantasmas:
1
El fantasma de la plaza de Capuchinos
En las noches cerradas, la turbadora postal que se dibuja en esta plaza es capaz de estremecer a cualquiera, con la silueta del Cristo de los Faroles que se asoma entre las luminarias que lo rodean.
Cuenta Morales en su texto que, según le relataron, al poco tiempo de colocar aquí la talla del Señor empezó a correr el rumor de que, cada vez que caía el sol, a las doce en punto, «unos pasos firmes y decididos se escuchaban subir por la Cuesta del Bailío ». Un hombre, esbozado en su capa negra, ascendía por los escalones, entraban en la plaza y, prácticamente sin tocar el suelo, se colocaba frente a la imagen. Después, tras permanecer unos instantes de pie, desaparecía. Nadie ha podido ver nunca su rostro ni seguir sus pasos.
Hoy en día, hay quienes aseguran haberse cruzado con esta fantasmagórica figura que aparece a la hora bruja.
2
Los lamentos de la Casa de Los Luna
Cuentan que hace unos siglos, en la casa que preside la plaza de San Andrés vivía un judío muy rico que prestaba dinero y por su codicia, se había ganado la animadversión de todos sus vecinos.
Guardaba su dinero en el sótano de la casa, donde había construido una extensa red de pasadizos que sólo él conocía. En una ocasión, encargó a su hija de 10 años que bajara la bolsa y la pequeña se perdió.
El judío trató de buscarla, pero no logró dar con la pequeña. Tan solo escuchaba sus lamentos . Ningún vecino quiso ayudar al judío por su avaricia.
Los más viejos del lugar cuentan que esos gritos de desesperación no han dejado nunca de oírse y comienzan cada noche, justo cuando se pone el sol.
3
Poltergeist en el Conservatorio de Danza
El palacio de los Condes de las Quemadas, que hoy en día alberga la Escuela Superior de Arte Dramático «Miguel Salcedo Hierro», y que está conectada con el Conservatorio Profesional de Danza «Luis del Río», está marcado por la leyenda del zapatero «Nono» . Cuenta la tradición oral que este personaje, que ocupaba el lugar en el que ahora se encuentra el aula número 5, se ahorcó , agobiado por las deudas. Desde entonces, su alma está condenada a vagar por los pasillos del antiguo palacio.
Son muchos los testimonios que hablan de apariciones de este zapatero. Incluso en una ocasión, un aula llena de niñas jóvenes ensayando sus pasos de ballet clásico fueron testigos de un fenómeno poltergeist , con golpes en las paredes, luces que se apagaban y encendían, y persianas que se subían y bajaban solas. ¿Fue obra de «Nono»?
4
La leyenda del Palacio de Orive
El Palacio de Orive encierra una de las leyendas más aterradoras de la ciudad. Un episodio que tuvo como protagonista a Blanca, la hija de don Carlos de Ucel y Guimbarda, corregidor de Córdoba a finales del siglo XVII.
Una fría noche y de madrugada llegaron a la casa unos hebreos que iban a quejarse al corregidor de que no les querían dar posada en ninguna de las de Córdoba. Ante la afrenta cometida, don Carlos consintió que se alojasen entre sus cuatro paredes.
La curiosidad que estos inesperados huéspedes despertaron en la joven Blanca la llevó a vigilarlos por el agujero de la llave del portón. La chica vio cómo leían un libro a la luz de una extraña vela, y cómo la tierra se separaba dejando una abertura que daba paso a una escalera de mármol. Por ella bajó uno, volviendo a poco acompañado de un cofre lleno de alhajas de gran valor. Apagaron la vela, y con la luz desapareció también el hoyo formado en el portalo.
Cuando se marcharon los hebreos, la niña trató de repetir lo que había visto reuniendo la cera que se había caído sobre el suelo y haciéndose una pequeña vela. El suelo se volvió a abrir y Blanca bajó por las escaleras. Pero la llama se apagó antes de que pudiera salir. Cuentan que aún hoy, el espíritu de la niña sigue golpeando el suelo , esperando a ser rescatada.
5
Sucesos paranormales en Filosofía y Letras, y Derecho
La Facultad de Derecho es, para los expertos en fenómenos que escapan a la razón, uno de los lugares con mayor actividad paranormal de toda España. Los muros de este edificio están impregnados por la tragedia. Durante la Guerra de la Independencia , muchos monjes que habitaban el recinto, que, por entonces, era un convento carmelita, murieron aquí.
Después, cuando fue convertido en el Hospital Real de San Antón , el edificio presenció el fallecimiento de centenares de pacientes, ya que aquí se atendía a enfermos terminales. Ruidos, extrañas sombras, psicofonías... Pocos se atreven a recorrer los pasillos de la facultad cuando se esconde el sol.
Otro de los lugares que más interés ha despertado entre los amantes de lo misterioso es la Facultad de Filosofía y Letra s, anteriormente Hospital del Cardenal Salazar o de Agudos. Al igual que el anterior centro, son múltiples los testimonios de vigilantes de seguridad, personal del impieza y estudiantes que refieren la existencia de sucesos paranormales. Tal y como relata José Manuel Morales en su libro, «esta morgue jugó un papel importante en momentos en los que la mortandad fue muy alta, como durante las terribles epidemias sufridas a los largo de los siglos XVIII y XIX (peste y cólera), o durante las etapas de contienda bélica».
En las contraventanas de la segunda planta que dan al patio principal, todavía se pueden leer con claridad los nombre de pacientes que estuvieron allí ingresados.
6
Historias de duendes
En la calle Francisco del Rosal , cerca de la plaza de San Andrés, hubo una vivienda, en la primera mitad del siglo XIX, en la que un duende hacía la vida imposible a la familia que vivía allí, según recoge la «Guía secreta de las casas encantadas de Córdoba». Los residentes no pudieron aguantar más la situación y decidieron mudarse . Sin embargo, cuando acabaron de sacar el último mueble y cerraron la puerta, se escuchó decir al duendecillo: «Ya estamos todos». Desde entonces, es típico en la ciudad mencionar esta frase cuando se presenta alguien cuya presencia ni se espera ni se desea.
Por otro lado, en el número 48 de la calle Almonas vivió hace más de cinco siglos Martín, un apuesto varón cuya prepotencia le valió la maldición de la Providencia, que lo convirtió en un ser horrendo de orejas puntiagudas. Desde entonces, muchos han pensado que en las casas de Gutiérrez de los Ríos habitan duendes burlones .