Apuntes al margen

La calle del Correo

A sus 89 años, se prepara para superar una pandemia. Su historia, cordobés, es tu historia

Manuel Carrasco prepara el bar para su reapertura Valerio Merino
Rafael Ruiz

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El Bar Correo ha visto caer una monarquía, implantarse una república, cuatro golpes de estado (todos ellos fallidos), una larga guerra civil, una hambruna , la restauración y abdicación de un rey, la aprobación de una Constitución parlamentaria y democrática, dos estatutos de autonomía, la entrada de España en la ONU y en la Comunidad Europea, así como dos sistemas monetarios. Su historia arranca con la aprobación del voto femenino, se extiende por el largo periodo de ausencia de libertades y alcanza a la irrupción de las nuevas reinvidicaciones sociales, como la igualdad de derechos entre mujeres y hombres.

En todo ese tiempo, los homosexuales pasaron de estar perseguidos por la fuerza pública a poder casarse y adoptar. Ha pasado periodos de crisis económicas voraces, de intenso desarrollo y de calma chicha. De esperar los resultados de los toros por las radios más cercanas, ahora la clientela consulta el tiempo de los próximos días por el teléfono inteligente . Del cortejo con carabina, a estos tiempos del Tinder . Ha visto la Córdoba que se desplazaba en burro, los primeros vehículos de motor, los coches eléctricos no contaminantes y, al fin, los puñeteros patinetes. Por ver, ha visto la irrupción de la cerveza sin alcohol y una pandemia que se ha llevado por delante a un número aproximado de unos cuarenta mil españoles , todos ellos padres, hijos, hermanos o amigos de alguien. Ayer mismo, su propietario, Manuel Carrasco, limpiaba a fondo los grifos para empezar a dispensar cervezas frías como los pies de una novia en su inminente reapertura. Por razones de cortesía, dejemos que sea la propiedad quien anuncie formalmente fechas, horarios y condiciones de acceso.

No, el Correo no es un negocio hostelero más, Consituye un símbolo de regreso pausado a la vida ordinaria de Córdoba tras un episodio que ha trastocado precisamente aquello que se da por supuesto. La cercanía, la conversación y la calle. El encuentro casual o fraterno, el que no precisa de citas en el calendario. La superación de ese miedo al contacto con el extraño, que ahora se ha convertido en un sospechoso del que es es mejor protegerse con mascarilla. Del bar -de esa modalidad de bar-, siempre se destaca su pequeño tamaño cuando la realidad es que tiene a la ciudad por salón y al cielo por tejado . No tiene televisión porque no la necesita y el hilo musical es el de la vida misma. Nacimientos y decesos, noviazgos y rupturas, política y fútbol. Allí se hace la crónica de la salud y la enfermedad.

No se es nadie en Córdoba hasta que la marca comercial no se come al topónimo. Así como un tramo de la Ronda de los Tejares lleva el nombre de « semáforo de Galerías » y otro el de «esquina de Fuentes Guerra », Jesús y María es la «calle del Correo», nombre recibido, por sistema de contagio, de la antigua sede postal de Córdoba, que no se trasladó a su actual edificio de Cruz Conde hasta mediados los años cuarenta. Y que tuvo también la famosa farmacia de la esquina, hoy usada como almacén de hostelería.

El negocio ha cumplido 89 años de edad durante esta pandemia y se adentra en la novena década en un tiempo de miedos y tribulaciones. Solo el hecho de que Manolo Carrasco vuelva a limpiar los grupos con la pistola de agua a presión, ya es motivo de celebración. Existe la posibilidad, con todas las atenciones y garantías necesarias, de salir de todo esto. De hacerlo con todo el cuidado, sí, pero hacerlo. Y sin que se nos olvide nada de lo aprendido en este largo, infame y eterno 2020 .

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación