UNIVERSIDAD
Cálido tributo de la Universidad de Córdoba al catedrático Enrique Aguilar
La directora del Departamento de Historia Contemporánea asegura que es un «universitario con letras mayúsculas»
Enrique Aguilar es un «universitario con letras mayúsculas». Así resumió ayer Soledad Gómez, directora del Departamento de Historia Contemporánea, al catedrático de la misma rama en el acto de homenaje que le brindó la Universidad de Córdoba (UCO) . Gómez trató de componer una radiografía de un docente que lo ha dado «todo» por la institución académica y que ahora se siente golpeado por la ELA, que le priva de seguir adelante una carrera académica de 47 años para ser exactos. A la cita acudió el profesor Aguilar además del rector, José Carlos Gómez Villamandos; el decano de este centro, Ricardo Córdoba; y un antiguo alumno suyo, Rafael Castejón.
El que fuera secretario general de la UCO en tiempos del rector Eugenio Domínguez —que no faltó a este especial tributo— dijo que para nada se imaginaba el reconocimiento que le habían brindado sus compañeros. Recordó que entró por primera vez al edificio del Cardenal Salazar en 1971 y no salió hasta el pasado abril. Lo hizo para formar parte de la primera promoción de la extinta carrera de Geografía e Historia y «en el curso 1975-1976 empecé a como profesor».
Por sus clases han pasado numerosos catedráticos, tanto de Historia Moderna y Contemporánea como de Prehistoria, Antigua y Medieval. Lo señaló con orgullo, pero no se atrevió a cuantificar cuántos han sido. «Muchos», matizó.
No pasó por alto que se encuentra actualmente «luchando» contra la enfermedad, una patología que le impidió llegar hasta los 70 años tal y como le hubiese gustado hacer. Le faltaron unos meses, porque se despidió de las aulas en abril y hace sólo unos días que cumplió esta edad.
Ayer, ya jubilado, tuvo palabras para su familia, especialmente para su mujer, la catedrática de Literatura María José Porro , así como para compañeros y amigos, «que los tengo y muy buenos». De ellos aseguró que «es lo único que uno puede elegir en la vida porque la familia es cosa de la genética y los compañeros los pone el BOE».
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