Investigadores de la UCO

A la búsqueda de la gestión sostenible del fósforo dentro de la Agricultura

María del Carmen Campillo busca las razones por las que se produce un déficit de cinc en las plantas

La catedrática María del Carmen Campillo, en pleno campo ABC

Rafael C. Mendoza

¿Sabían que el cinc es imprescindible para la vida? Pues sí. Además, la deficiencia de este mineral es un problema que afecta a cultivos de todo el mundo, lo que implica pérdidas de rendimiento , alteración en el material vegetal y, sobre todo, deficiencia de este elemento en los seres humanos. En el caso de la deficiencia de cinc en planta se agrava cuando los niveles de otro nutriente como el fósforo del suelo es alto. «La fertilización con fósforo suele ser generosa, porque desde mediados del siglo pasado ha contribuido al aumento rápido de la producción agrícola y ganadera en los países desarrollados». Así lo explica la catedrática de Producción Vegetal de la Universidad de Córdoba (UCO), María del Carmen Campillo , al abordar el trabajo de investigación que coordina sobre fertilidad de suelos.

Al analizar la labor que realiza la profesora Carmen del Campillo hay que recordar que «la aplicación de fosfato se realiza en un contexto de futuro agotamiento de las reservas, para los más optimistas es de 120-150 años si seguimos gastando como se hace actualmente; debe realizarse bajo criterios de estricta eficiencia ya que es un recurso no renovable y puede llegar a ser una amenaza para la seguridad alimentaria». Por todo ello, continúa la investigadora de la Universidad de Córdoba , «la biofortificación de cultivos , en particular de cereales, con cinc es un reto científico que es relevante en la búsqueda de la calidad alimentaria que, a mi entender, debe basarse, al menos en parte, en prácticas de cultivo entre las que destaco la gestión sostenible del fósforo en la agricultura».

Pero, ¿en qué punto se encuentra este trabajo? Precisa que «se han identificado los factores del suelo que limitan la disponibilidad de cinc, se han definido los test para medirlo y se ha establecido el criterio que predice la deficiencia de mineral cuando el fósforo es alto para los cereales como el trigo y el maíz ». Todavía hay que seguir investigando, en definitiva.

Herencia paterna

Lo que es hoy Carmen del Campillo, su vocación, probablemente se lo deba a su padre, que era ganadero con tierras de maíz, alfalfa y pastos para las vacas. «Cuando echo la vista atrás, recuerdo algunos comentarios de mi padre sobre la situación del mundo rural que a mí me incomodaban. Y, transcurridos unos cuantos años, me he dado cuenta que me había formado en agricultura». Su padre le enseñó «muchas cosas de campo, le gustaba explicarnos lo que hacía y por qué de una manera juguetona , la curiosidad y el germen por el saber y, en mi trabajo, de investigar probablemente sea obra suya».

Su trayectoria investigadora comenzó cuando llegó a Córdoba, al laboratorio de Edafología de la Etsiam , para realizar un estudio de evaluación de suelos para una reforma agraria. El catedrático José Torrent era el responsable de dicho laboratorio y «su forma de investigar y resolver problemas del terreno para nuestra agricultura me enganchó tanto que, el contrato de tres meses por el que vine a Córdoba, va ya por más de 30 años », subraya Carmen del Campillo. Entre los nombres que tiene como referentes figuran desde sus compañeros, los doctores Torrent y Barrón, hasta el doctor Villar de Ecología o el doctor Quesada de Entomología .

Sobre la singularidad de su trabajo, manifiesta que hay numerosos grupos que investigan las deficiencias de cinc en planta, pero el porqué ocurre en los suelos solo lo indaga otro grupo de la Universidad de Sevilla .

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