8 DE MARZO
Día de la Mujer | Una boxeadora, una novillera, una camionera y una taxista, al volante del cambio en Córdoba
ABC habla con tres mujeres que siguen siendo 'rara avis' en sus profesiones pero a las que no les asusta un revés
ABC habla con una joven boxeadora, una novillera, una camionera y una taxista que cuentan su día a dí a en profesiones donde son minoría para conmemorar el Día de la Mujer en Córdoba . Sus testimonios hablan de valentía, fortaleza e integridad sin aspavientos por el hecho de ser mujeres en un mundo donde abundan los hombres.
Mari Conchi, camionera en Puente Genil
Mari Conchi Montilla lleva el camión en su ADN. Sus abuelos 'Los Montilla' empezaron con el transporte en Puente Genil en la década de los sesenta, su padre -que ha logrado montar una flota con tres grandes camiones- rotuló su primer trailer con 'Mi Conchi ' con quien tuvo 5 hijos; uno de ellos, su hija Mari Conchi. De esos cinco hermanos, tres decidieron seguir con la empresa familiar y Mari Conchi, con 21 años se sacó el permiso de conducir C, a la primera . Mari Conchi, que ahora tiene 35 años, casada con 3 hijos, tiene claro que el transporte es su mundo « voy más segura conduciendo un camión que un coche ».
Esta pontanesa rubia de ojos azules -que asegura que siempre le gusta ir arreglada al volante- se ha criado prácticamente en el asiento delantero del camión de su padre . «Mi padre nos llevaba a todos en el camión cuando iba de una ciudad a otra cuando éramos chicos, desde mudanzas a material de construcción, todo lo que salía», cuenta.
En estos últimos meses, la vida ha hecho que « se baje del camión» Víctor Manuel, uno de sus hermanos que ha fallecido a sus 43 años , pero Mari Conchi le recuerda como un buen hermano, un buen padre y un buen trabajador, que transportaba para grandes empresas como Membrillos El Quijote .
Mari Conchi sabe que es rara avis al frente del volante. En Puente Genil, al menos sólo había una mujer camionera. Mari Conchi asegura que « no me impone nada, voy hasta más segura en el camión» . Cuando dijo en casa que quería conducir un camión a sus padres les chocó un poco, «era raro de ver», añade, pero su padre le recordó que su abuelo siempre quiso enseñar a su hija (tu tía) y «se quedó con las ganas».
«Nunca he tenido problemas al volante por ser mujer; me han ayudado todos en Puente Genil y alrededores, mientras sale más trabajo con el camión trabajo como sociosanitaria», añade. Sin miedo a nada cuenta que condujo embarazada de su primer hijo «hasta un viernes que solté el camión para dar a luz el domingo».
«Yo se que no doy el perfil de camionera, si es que hay, porque es verdad que hay otras mujeres que pueden ser más corpulentas, o grandotas pero a mí me gusta arreglarme para subirme al camión de 38.000 kilos», presume.
Rocío Romero, novillera con picadores
Rocío Romero, a sus 23 años es ya novillera con picadores, y acaba de superar el Grado de Enfermería. La carrera tenía que hacerla porque entiende que eso no ocupa lugar y la carrera en el toro puede ser corta . Esta cordobesa enérgica, la mayor de tres hermanas cambió la cinta de la gimnasia rítmica por el estoque con 13 años . «Yo siempre he sentido mi amor por el toro pero no sabía cómo llegar a ser torera; en mi casa sólo había afición pero nada más; por eso mi forma de expresarme con el cuerpo y la música era la gimnasia rítmica», añade.
Pero esa gimnasia la dejó aparcada cuando con 13 años durante la suelta de una vaquilla en Dos Torres , el pueblo de su abuelo, saltó la valla.
Ese fue un punto de inflexión en su carrera. De ahí a la Escuela Taurina y sin parar hasta hoy. Entrenamiento, becerradas, exámenes de Enfermería, salida a hombros en la Maestranza en 2017 y esperando a cumplir las diez novilladas con picadores que le faltan para tomar la alternativa .
Su sueño: tomar esa alternativa de la mano de su maestro Finito de Córdoba y Morante de la Puebla en Los Califas .
De momento, Rocío prepara la temporada desde el campo en una finca de Sevilla. Su ilusión hoy es estar en Mayo en Córdoba en la novillada.
«De siempre he sentido la afición y la atración por el mundo del toro. Cuando era pequeña no veía a muchas mujeres torerar, y me convencía de que yo iba a ser buena aficionada sólo. Pero después de la vaquilla de Dos Torres entendí que esto estaba ahí para mi », explica con una madurez inusitada en una chica de 23 años.
Empezó de cero, dándolo todo por un sueño, como explica, sus padres no tuvieron otra que dejarla «libre y feliz».
Eso si, es consciente de que «las personas que están contigo lo pasan mal. El mundo del toro es muy cerrado y muy injusto y duro. Y eso lo sufren. Ven esa dedicación, esa entrega y hay veces pues que no salen bien las cosas».
Hoy por hoy, lo que gana de las novilladas lo reinvierte en ropa para torerar y para los viajes. «Voy tirando pero s iempre he tenido muy claro que es lo que quiero en la vida y no quiero perder el tiempo , por ejemplo, he terminado mi carrera.. y tengo esa libertad sin cargas familiares y la edad me lo permite», añade.
Rocío aún recuerda esa tarde de 2017 en Sevilla «una de las tardes más especiales de mi carrera, muy importante y especial y salir de la Maestranza y salir a hombros, queda para la historia del toreo. Esos momentos son los que alimentan los momentos más difíciles ».
El pasado otoño toreó en Córdoba pero las cuentas no cuadraron. Ahora le encantaría volver en mayo a Córdoba y por supuesto a la novillada de la Feria en Mayo. Coraje y valor no le faltan.
El toro, asegura no entiende si eres hombre o mujer. Su meta en la vida es tomar la alternativa y ser la primera mujer torera de Córdoba .
Noelia Gutiérrez, boxeadora
Campeona de España de Boxeo 2021. Noelia ha llegado esta semana con la medalla de plata del Torneo internacional de Brasov (Rumanía) en la categoría de 52 kilos . Esta joven cordobesa de 16 años lleva en la sangre el cuadrilátero. Con ocho años ya acompañaba a su padre José Gutiérrez 'Guti' boxeador profesional a los entrenamientos en el ring; su madre, Ana María Salmerón es entrenadora de boxeo a los más pequeños.
Cuando llegó a los entrenamientos había 4 niños y una niña , con ella ya eran dos niñas. Un porcentaje que fue distanciándose aún más a medida que iba creciendo.
«Cuando mi padre estaba en Murcia entrenaba a las chicas de boxeo de la selección española; entonces iban niños y niñas de mi edad a probar... y a partir de los 8 años, yo probé y me enganchó», añadió.
Actualmente, Noelia con la vista puesta en terminar sus estudios de Bachillerato, sólo se plantea ir escalando con buenos resultados y lograr ser profesora de Educación Física algún día. «Nunca ha sentido que fuera un deporte de chicos; mis compañeras de 4 de la ESO siempre me animan , el único problema es cuando tengo que ir a algún campeonato fuera de España, porque no puedo seguir las clases del instituto ni on line», añade.
Noelia tiene claro y así lo deja saber a todos que «este deporte no es de hombres; no es violento; no nos pegamos boxeamos », apostilla. Y ahonda aún más y señala que el boxeo se basa en buscar qué huecos deja libre o más abiertos la oponente para entra por ahí; no es tanto pensar que es un enemigo sino sino más de estrategia, de cabeza».
Los sacrificios por ahora son dejar pasar alguna fiesta que otra y no pasarse con el peso, para mantenerse en esa categoría de 52 kilos . Mientras pasa de categoría - está en la categoría junior, tiene que pasar a la joven el año que viene y de ahí a la élite con 18 ... su sueño es llegar a las olimpiadas con su padre de entrenador en la esquina del ring.
Alguna vez sueña con tener como contrincante a Katie Taylor . Mientras, su padre, su entrenador la acompaña por todo el mundo conquistando títulos.
Campeona de España 2021; Medalla de oro en el Torneo Antonio Raballo Lisboa 2021 ; Plata en el European boxing Championships Tbilisi (Georgia) ; oro en el campeonato de España júnior 2021 de Santoña (Cantabria) 2021 o medalla de oro en el Boxan Internacional Junior 2021 Crevillent (Alicante) , entre otros títulos que ya cuelgan de su palmarés.
Reconoce que al principio, su madre tenía algunas reticencias por la etiqueta que tiene este deporte pero una vez que lo probó comenzó a animarla.
A las chicas que estén pensando en este deporte, Noelia les pide que «no se dejen llevar por las etiquetas, que se animen a probarlo; nadie se hace daño, y fuera del ring, todos somos amigos. Sin miedo ».
Maribel Roldán, taxista
Maribel, de 43 años, se subió al taxi hace una década. Sus derroteros eran otros; había estudiado secretariado en Zalima y trabajaba desde joven pero la crisis de 2008 la dejó sin empleo. En 2009, casada y embarazada de su primer hijo bajo la sombrilla en la playa, su suegro taxista de toda la vida le dijo que se iba a jubilar . Ahí, bajo el sol les preguntó si querían la licencia. La respuesta no se hizo esperar. Maribel dijo sí con todas las consecuencias . «Yo me aburro en casa; así que opté por sacarme el carné municipal y subirme al taxi ; y estoy encantada hasta hoy», apostilla.
Su marido continuó como auditor de cuentas, y ella, cada mañana deja a las niñas en el colegio y coge el taxi hasta las 5 de la tarde, para turnarse con su marido en el cuidado de las pequeñas. «Cuando llegan las 5 de la tarde me pongo en modo madre; tareas, meriendas, baños y cenas; y el padre se va a trabajar», relata.
Lo que más valora Maribel de un oficio en el que ya hace 30 años que abrió la veda 'Ángela, la taxista', es la posibilidad de conciliar con su vida familiar. « Te amoldas a las horas que quieras echar, si un festivo no quieres trabajar no trabajas y por ejemplo, yo tampoco trabajo en la noche», añade. Cuando le dicen valiente, ella le resta importancia asegurando que lo único que hace es conducir, que no ve el peligro.
Maribel forma parte también de la junta directiva de Radio Taxi Córdoba y asegura que nunca ha tenido un más ni un menos con un compañero. Lo que más le da que pensar es que aún hoy haya jóvenes que se sorprendan de ver un taxi conducido por una mujer. « Que a un abuelito le pueda llamar la atención ver a una mujer todavía , al ser otra generación se entiende pero lo otro no», apostilla
Su trabajo lo considera mucho más que un simple conductor que lleva y trae a las personas de un lugar a otro. Ella se implica con los clientes y este habitáculo acaba siendo el 'psicotaxi' .
«La gente se sienta atrás y se desahoga contando sus problemas, problemas de enfermedades, de hijos, a veces te lo llevas pensando a casa y luego piensas ¿de qué me quejo?», reflexiona Maribel.
Los primeros meses de la pandemia fueron duros. Primero en casa con la incertidumbre de si volvería a trabajar y cuando comenzó a retomarse la actividad, con el miedo de llevar el coronavirus a casa. Mamparas de seguridad, gel hidroalcohólico... y estar diciendo continuamente, ¡señora súbase la mascarilla! . Pero ahora ya se vive de otra manera.
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