FÚTBOL INTERNACIONAL
Bolivia: el paraíso de Rubén Cuesta
El centrocampista vive el momento más dulce de su carrera en las filas del Oriente Petrolero
![Rubén Cuesta celebra un gol](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2015/10/07/s/ruben-cuesta-bolivia--620x349.jpg)
Rubén Cuesta no dudó en su momento cuando se le abrió la puerta del fútbol boliviano . Tras una exitosa temporada en el Lucena, dio el salto al Universitario de Sucre y comenzó una aventura que cumple ya su tercer año o quinta temporada, puesto que en el país suramericano las ligas son con formato «apertura» y «clausura», por lo que son torneos que se podrían calificar como cortos.
Hijo de Manolín Cuesta , su vinculación al fútbol se podría entender como desde siempre comenzando en el Séneca y pasando también por el Córdoba, donde tuvo la opción de debutar en Segunda División. Después comenzó su peregrinar por varios equipos de Segunda B hasta que aceptó enrolarse en una aventura en la que también participan otros españoles como el ex blanquiverde Juanmi Callejón. Por cierto, que pese a su incidencia en la Liga no le han ofrecido participar con la selección de Bolivia como sí le ha ocurrido a Lizio, quien también tuvo pasado en el Córdoba.
Actualmente, Rubén juega en el Oriente Petrolero, uno de los grandes del fútbol boliviano. Con todo, el centrocampista reconoce que «no ha sido fácil» dar ese paso, ya que en el Sucre estaba «adaptado al clima, a la ciudad, al club». Con todo, esa evolución ya empieza a experimentarla en el Oriente Petrolero con el añadido de que «es un club grande, se nota la presión y, sobre todo, tiene una afición increíble». Es decir, que «todo es diferente». Aun así, con el Sucre vivió grandes pasajes llegando a clasificarse para los octavos de final de la Copa Libertadores.
En este tiempo, Rubén Cuesta ha tenido tiempo a adaptarse a una cultura que «es muy diferente a la española», si bien lo recomendable es «buscar un entorno apropiado, ya que la vida del futbolista no creo que cambie mucho». Aun así, reconoce que «la distancia es lo que uno peor lleva», porque «no ver a tu gente durante seis meses no es fácil pero nuestra carrera es corta y desde pequeño decidí este camino y sabía las consecuencias». Especialmente, porque «es muy difícil cada día levantarse y no tenerlos a mi lado pero lo hago por ellos», en relación a su mujer, Marta, y su hijo, Mauro , a quien el linaje Cuesta-Mansilla ya se le nota a la hora de dar sus primeros golpeos de balón.