TECNOLOGÍA
Beprevent, cuidar y proteger desde el móvil
La firma cordobesa crea una «app» que permite conocer la actividad de los ancianos, niños y personas discapacitadas
Las generaciones cambian a pasos agigantados. Atrás quedó el hijo o hija que se encargaba de cuidar a los mayores en su casa, dejando el trabajo y dedicándose solo a la familia. Ahora, la vida en los hogares ha cambiado. Los padres trabajan, dedican poco tiempo a su casa, cuidan a los retoños, pero el abuelo sigue envejeciendo. Dentro de este marco social, Rafael Serrano, psicólogo de profesión y emprendedor de vocación, decidió crear en 2015 Beprevent, una aplicación que facilita la vida a los mayores y a sus cuidadores. Es decir, mantiene la independencia del más adulto pero siempre bajo el control de su familia.
Serrano, tras hacer varios estudios, descubrió que la necesidad de la población anciana actual era diferente. «Ahora son más independientes, con mayor poder adquisitivo y demandan unos servicios distintos», afirma el psicólogo al presentar su proyecto. «Vimos que la tecnología nos podía dar la solución a la demanda y nació este trabajo orientado a los mayores pero extrapolado a otros públicos como niños o personas discapacitadas», comenta. El funcionamiento de Beprevent es sencillo. Según las explicaciones de su creador, primero «hablamos con la persona, la conocemos y determinamos su patrón de conducta».
Sensores de movimiento
Así, aclara que una vez conocidas las costumbres del usuario, «acordamos en qué objetos quieren ubicar las etiquetas que, en realidad, son sensores de movimiento». A través de esos sensores, se conoce el modelo de vida del usuario y la información es tratada y emitida a través de la aplicación móvil al cuidador.
Una vez que recibe la notificación por el smartphone, su reacción de inseguridad se desvanece y «aparece la tranquilidad y el respeto hacia la intimidad de sus padres», asegura Serrano. «Ideamos esta manera de control porque considerábamos que no había que cambiar la vida de la persona, no queríamos colgarle ningún collar o pulsera sino que vimos que la mejor opción era que los objetos fueran discretos observadores», expone este emprendedor cordobés.