CORONAVIRUS EN CÓRDOBA

Los bares y las tiendas de Córdoba se preparan para el inicio hoy de la fase 1 de la desescalada

La previsión es de que como mucho un tercio de bares abra, aunque sí se espera que lo haga la gran mayoría del comercio

Un hostelero pone a punto la barra del bar para la reapertura ÁLVARO CARMONA

Pilar Montero

Tras confirmarse el paso a la fase uno de desescalada en la provincia , los cordobeses empezaron al fin a permitirse el sentimiento de la esperanza, pero un sector importante continúa afligido por la incertidumbre . Son los que llevan las comidas a las mesas, quienes recogen los restos de cenas o desayunos, quienes hacen posibles los, ahora tan añorados, momentos de cañas al sol. También quienes nos visten o aconsejan con su cercanía. Para los comerciantes y hosteleros , aún está por ver si la nueva normalidad puede materializarse. Hoy será la primera prueba de fuego. La previsión es de que como mucho un tercio de bares abra (no pueden abrir los locales: sólo las terrazas con una limitación de mesas del 50%) y en el comercio se espera, por el contrario, que suba la persiana casi todo o gran parte del mismo. En su caso, las limitaciones son de un 30% del aforo.

Ayer domingo hosteleros trabajaban con las persianas a la mitad, trabajaban para que su local cumpliese hoy con todos los requisitos estipulados por el Gobierno de Sánchez .

El Gran Capitán , casi desolado, con la lluvia de fondo, invitaba a refugiarse en La Cosecha , una pequeña cafetería desde la que Fran Pulido Mata ultimaba preparativos para poner en marcha la venta de pan y pasteles, pero nada más. «Las medidas que nos ha puesto el Gobierno son inviables, así que no voy a abrir», sentenciaba Pulido, y lo justificaba con «un ERTE a siete personas, que son siete familias por las que, naturalmente, preocuparse». La terraza de su cafetería ha contado siempre con seis veladores. Fran Pulido ha hecho las cuentas y la reducción de mesas a la mitad no le es rentable, ni económica ni moralmente. «A mí lo que más me gusta del mundo es darle de comer bien a un cliente, pero ¿te imaginas la presión de alguien desayunando con una cola de personas a sus espaldas, que esperan también para sentarse? No lo veo», justificaba el hostelero, que no ve «salida a esto» mientras la ciudadanía no sea estricta en cumplir los horarios y medidas establecidas en las salidas. Unos horarios que, a partir de hoy, carecen de restricciones para quienes salgan de casa para ir al bar, a los comercios o a casa de un amigo.

En la cervecería Casa Paca , en Las Tendillas , todos arrimaban el hombro en el negocio familiar y daban «los últimos retoques», mientras suplicaban por un lunes con buen tiempo y, en consecuencia, unas mesas llenas. «Si no, no cubriremos costes y tendremos que cerrar hasta el día veinticinco», añadía Francisca Sánchez.

En este sector, nombres propios como el bar Moriles y El Pisto ya han anunciado que montan sus terrazas hoy. Y Casa Pepe de la Judería , Casa Rubio y Taberna El Número 10 prevén hacerlo este miércoles.

Ni juegos ni paseos en La Corredera . Solamente se oía el agua de la manguera que sostenía Ramón Ortíz, quien se esmeraba en desinfectar las sillas de las seis mesas que espera llenar hoy la terraza de La Cortijera , aunque también estuviera esperando la respuesta del Ayuntamiento para la ampliación de terraza , posibilidad ofrecida por el Consistorio al sector . «Nosotros hemos tenido algo más de desahogo porque los dueños del local se han portado con el alquiler», comentaba el encargado, y se mostraba animado al recordar «las reservas de cuatro a ocho personas», que ya estaban gestionando y a las que pensaban poner un límite de permanencia «para poder rentabilizarlas». Si las circunstancias acompañaban a lo largo de la semana, continuaba Ramón Ortíz, podrían «rescatar del Erte al resto de empleados».

La avenida Barcelona también mostraba indicios leves de la vuelta a esa imagen, ahora difusa, de sus veladores llenos. Fernando Salazar, dueño de la cafetería y pastelería Ángel Salazar , fantaseaba con esa imagen desde la puerta del local, como si ya pudiera ver a la clientela que hoy lunes le ayudaría a «rescatar del ERTE» a los doce de los dieciséis empleados restantes del negocio. «Vamos a cumplir con todas las medidas de seguridad e higiene, esperamos a los clientes y empezamos la primera fase con gran ilusión», declaraba Salazar.

La Viñuela

A escasos metros de allí, la situación de Origato Sushi Fusion se vislumbraba muy distinta. Nazaret López contaba desde el interior del local que sus preparativos no eran «para abrir el lunes», sino para «reinventar el concepto del negocio». El confinamiento ha obligado a la hostelera a plantearse los pedidos a domicilio de forma permanente y a desechar por completo la posibilidad de la terraza.

Una situación desesperanzadora , como la que compartían los dueños de unas tiendas de ropa del centro comercial abierto La Viñuela quienes, en un corro, se lamentaban por no poder dar salida a las prendas para las fiestas de la primavera. «No pienso abrir mañana [por hoy]», comentaba Juan, porque «sería una ruina aunque tuviera clientes», se lamentaba, y se negaba a dar su apellido porque, «en un día tan oscuro para el pequeño comercio», decía, «es mejor no hablar en caliente».

Una actitud radicalmente opuesta mostraba la dueña de Aura Zapatos y Complementos , Mónica Gómez, que mostraba orgullosa las señalizaciones en el suelo de la tienda para incitar a los clientes a respetar las distancias de seguridad , así como la pequeña mesa de la entrada con desinfectantes y mascarillas. «La ropa solo la voy a tocar yo, y la desinfectaré con la máquina de vapor caliente», explicaba Mónica Gómez, dueña del negocio.

Estas y otras medidas piensan tomar las dependientas de Álvaro Moreno, quienes también ponían todo a punto para la reapertura. A la firma se unen, a partir de hoy en el Centro otras muchas aperturas previstas: Matilde Cano , Silbon , y las tiendas de ropa de caballero Luis Muñoz y Pedro Jiménez , entre otras. Manuel Blasco, presidente de los comerciantes del centro, aseguró que todos los comercios asociados, además de recibir test, contarán con cien mascarillas y geles desinfectantes para la protección de personal y clientela. Toda ayuda será importante para que el pequeño comercio repunte tras ver las fauces al virus.

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