PRIMERA PLANA

Los zunchos de Isabel Ambrosio

Lejos de aplicarse el mismo listón de ejemplaridad que usó con Timoteo, lo baja a la altura necesaria para seguir en el cargo

Foto policial de la piscina nueva y el cerramiento del chalé de Ambrosio ABC
Baltasar López

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La portavoz municipal del PSOE y exalcaldesa de Córdoba , Isabel Ambrosio, marcó el pasado mes el listón de la ejemplaridad en la vida pública demandando la dimisión de la edil de Cs Eva Timoteo por un asunto feo, feo, feo: cobró indebidamente durante casi dos años su sueldo público, con la categoría de exclusividad, pues simultáneamente percibió ingresos por su actividad privada. Esta concejal siempre alegó que obró desde el desconocimiento y sin mala fe, pero acabó cogiendo la calle Capitulares dirección a las Tendillas y abandonó el Ayuntamiento. Sólo unas semanas después , ABC desveló que la propia Ambrosio está imputada en el procedimiento que desarrolla un juzgado de Córdoba por un presunto delito contra la ordenación del territorio por las obras en un chalé , propiedad de ella y su marido, situado a caballo entre Obejo y Villaviciosa de Córdoba. 

La exregidora , lejos de aplicarse la misma vara de medir que utilizó con Timoteo  en una cuestión más grave —lo sucedido con la ya exedil naranja se produjo en el ámbito administrativo y lo suyo se dilucida en sede judicial—, ha decidido rebajarse la barrera de la ejemplaridad a la altura que a ella le venga bien para mantenerse en el cargo.  Todo muy edificante para el cordobés de a pie que ve cómo quien fue su máxima responsable el pasado mandato, delegada del Gobierno de 2008 a 2015 y antes su parlamentaria por Córdoba se aplica la ley del embudo con tal de seguir como edil. 

Tampoco se podía esperar que actuara de forma modélica quien, presuntamente, ha dado un malísimo ejemplo a la ciudadanía , pese a que su comportamiento como representante pública debería ser un espejo en el que mirarnos. Porque lo que ha sucedido aquí es que agentes de la Policía Autonómica denunciaron obras en el exterior de la casa de Ambrosio que podrían ser irregulares (construcción de una piscina y trabajos para el cerramiento de la parcela); técnicos del Servicio de Arquitectura y Urbanismo (SAU) de la Diputación certificaron que había actuado sin licencia incurriendo en actuaciones graves de acuerdo a la normativa autonómica; la Fiscalía la investigó y el Juzgado de Instrucción número tres de Córdoba la acabó imputando por un presunto delito contra la ordenación del territorio. Tras esas actuaciones sin permiso, se habría producido la ocupación de parte de una vía pecuaria, la Cañada Real Soriana, bien de dominio público. La exalcaldesa se defiende asegurando que lo que hizo fue una zanja, un «zuncho», en sus palabras, y que con ello no cometió ninguna ilegalidad.

Para la señora Ambrosio opera la presunción de inocencia, como para todos. Eso es en el ámbito de la justicia. En el campo de la política , los hechos que la sobrevuelan tienen muy mala pinta . Se antoja innegable que acometió obras sin licencia —el SAU de Diputación plantea que sea multada y la demolición de lo construido sin permiso—. De todas formas, su carrera en la cosa pública , salvo milagro, ya estaba amortizada antes de este escándalo . Tras él, no habrá zunchos —otra de sus acepciones, es la de «refuerzo metálico para juntar elementos constructivos de un edificio en ruinas»— suficientes como para que no vuelva a su puesto de trabajo en Diputación.

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