Primera Plana

De seísmos en el PSOE de Córdoba

Crespín hace un fichaje de peso en el equipo de los susanistas y muestra que hay movimiento cara al congreso provincial

Rafaela Crespín, en la sede del PSOE cordobés durante la noche electoral de las generales de noviembre de 2019 V. M.
Baltasar López

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Algo se empieza a mover en el PSOE de cara a su futuro cónclave provincial , en el que las placas tectónicas del susanismo y del sanchismo están llamadas a chocar , salvo que haya un pacto, que todo puede ser. ABC ha dado buena cuenta del seísmo provocado por Rafaela Crespín , figura emergente en la corriente ‘pedrista’ –acaba de ser nombrada 'número dos' del grupo del puño y la rosa en el Congreso de los Diputados- y que suena para disputarle el liderato de los socialistas cordobeses a Antonio Ruiz, que optará a la reelección. Ha incorporado como asesor en la Cámara Baja al secretario general de la agrupación del distrito Sur de la capital, Alberto Mayoral (fue coordinador del Instituto Andaluz de la Juventud en Córdoba y capitaneó las Juventudes Socialistas en la provincia).

Ese fichaje no es uno cualquiera , porque dicha agrupación ha sido uno de los bastiones de la hoy defenestrada Díaz . En ella, militan Juan Pablo e Inmaculada Durán (el primero fue el anterior máximo responsable del PSOE por estos lares), muy vinculados a la actual dirección del partido que pilota Ruiz, quien, además, es alcalde de Rute y dirige la Diputación . Este último hecho no es baladí. Porque Mayoral se pone la camiseta del sanchismo después de que hace cosa de una semana estuviera a punto de ser nombrado consejero delegado de Eprinsa, empresa de la institución provincial que preside Ruiz, hombre fuerte de lo que queda del susanismo, que en Córdoba aún es mucho. IU, socio de gobierno de los socialistas en el Palacio de la Merced, rechazó su incorporación a ese puesto y se frustró.

La gran pregunta es si esto ha sido un terremoto sin más o va a tener réplicas debido a que el movimiento de Crespín tuviera el visto bueno de la agrupación del distrito Sur . De todas formas, si no es ahí, será en otro punto donde se escuchen crujidos porque una formación sometida a esta tensión interna –en las primarias para elegir candidato a la Junta, los socialistas quedaron en la provincia fragmentados prácticamente por la mitad- acaba generando fallas .

Habrá que ver si el partido vive una sacudida de esas que dejan temblando la escala Richter , por las fugas a las filas ‘pedristas’ que son ya caballo ganador a nivel nacional o regional, o si los susanistas aguantan el seísmo sanchista sin venirse abajo. La duda es cuántos cargos públicos u orgánicos del puño y la rosa que se enrolaron en las filas de Díaz ahora se van a cambiar de bando, como ya hicieron otros antes. Siempre habrá explicaciones inverosímiles para alistarse en las filas del que era el enemigo hasta hace cuatro días : «Yo era sanchista pero no lo sabía»; «Yo era de la presidenta pero poco» o «Yo era de Susana porque en aquel momento en el PSOE no se podía ser otra cosa». Cuando realmente lo que sucederá , como en el resto de partidos cuando hay cambio de comandante general, es que lo más sencillo para seguir con la carrera política es militar en el ejército del que manda .

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