PRIMERA PLANA
Romero de Torres se muestra en la Ribera
Acierta el Consistorio al sacar a este genio al encuentro de los cordobeses, pero hay que hacer más para potenciar su figura
La exposición «Julio Romero, lejos del tópico» , montada por el Ayuntamiento en la Ribera, dentro de las citas por el 90 aniversario de su fallecimiento, y que tuve ocasión de disfrutar el domingo, es un acierto . Y lo es no sólo por sus contenidos o por ser visualmente atractiva, sino porque ayuda a divulgar entre los cordobeses la figura de este genio de la pintura. Con ella sale al encuentro de sus paisanos y eso es importante porque parte de la ciudadanía, por los motivos que sean, no gusta de los museos. Este descomunal artista se pasea así junto al Guadalquivir y es más fácil que se dé a conocer entre los habitantes de la capital.
Nombres propios como el de Don Julio son motivos para sentirnos orgullosos de ser cordobeses . Recordar nuestros retazos de historia más brillante siempre es necesario, porque nuestra ciudad vive en un permanente claroscuro , en el que las sombras ganan a la luz. Es fácil caer en el pesimismo cuando somos la capital de España con más paro; tenemos cuatro barrios entre los quince más pobres del país o los grandes proyectos aquí se ejecutan a cámara lenta o directamente no se hacen. Esos fogonazos de la genialidad que ha alumbrado nuestra tierra traídos al presente son relámpagos de la esperanza de lo que podemos llegar a ser y nos iluminan en una época en la que las tinieblas mandan, y mucho, por culpa del asfixiante panorama que nos pinta el coronavirus.
Cuando borremos el Covid de nuestras vidas, Córdoba , además, debe incorporar decididamente a Romero de Torres como elemento de atracción turística . Cuanto más amplíe un destino la paleta de su oferta, más fácil tendrá elaborar un fresco de propuestas muy completo, con el que captar al potencial visitante. Obligación nuestra es contarle al mundo, y sacarle rendimiento a ello, que este artista fue muchísimo más que el señor que aparecía en los billetes de cien pesetas con su obra «Fuensanta».
El calendario , si logramos erradicar a tiempo la pandemia, nos da una ocasión a medio plazo para enmarcar a nuestro más insigne pintor en un nivel elevado de conocimiento local y nacional -hacemos primero eso y luego intentaremos que Romero de Torres llegue hasta la Conchinchina-. Para ello habría que celebrar en 2024 el 150 aniversario de su nacimiento con un potente programa de exposiciones, actividades o conciertos. Dicho programa sería una obra a cuatro manos, que deberían liderar todas las Administraciones y en la que tendría que colaborar el sector privado -los fondos de los que se pudiera disponer lógicamente estarían condicionados por si para entonces la epidemia sigue castigándonos económicamente-. Sacar adelante un evento de calado en torno a esta efeméride retrataría a una sociedad amante de sus mejores hijos , orgullosa de mostrar el legado de éstos; deseosa de seguir rentabilizando turísticamente su rica historia y que batalla contra el pesimismo que con razón nos envuelve.
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