Primera Plana

No es Navidad para todos

Hay personas para las que el único cambio es que su ‘techo’ no está hecho de estrellas, sino del alumbrado de Pascuas: son quienes no tienen hogar

Trabajadores de la casa de acogida Madre del Redentor la semana pasada Valerio Merino
Baltasar López

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Aunque el Covid cambie hábitos (las abuelas, como Luis Enrique, van a tener que dar convocatorias para las cenas y comidas de estos días para que no nos juntemos muchos), todos estamos pensando en la Navidad. Bueno, todos no. Hay personas para las que el único cambio es que temporalmente su ‘techo’ no está hecho de estrellas, sino del alumbrado de Pascuas: son quienes no tienen hogar.

Cáritas nos lo recordó la pasada semana, cuando hizo balance de los veinte años de actividad de la casa de acogida Madre del Redentor , que ha ofrecido ayuda en estas dos década a 10.253 personas. Pese a su formidable y encomiable labor, soportada por los fondos de la oenegé de la Iglesia, el Cabildo Catedralicio y aportaciones públicas , tiene una lista de espera bastante grande. No hay demasiados recursos. Esto último me transforma en el Grinch.

Es para que los Reyes nos traigan carbón a Administraciones y ciudadanos que aún no haya los medios suficientes no ya para que cualquier ser humano duerma a cubierto -eso es de Primero de Sociedad Civilizada-, sino para ayudarles a que tengan otra ocasión de tener una existencia digna.

La clave para dar la atención que merece a este colectivo la dan los trabajadores de Madre del Redentor en un magnífico reportaje publicado este domingo por ABC reflejando su labor . Lo fundamental para ayudar a los ‘sintecho’ es ponerse en el pellejo de quienes han tenido que hacer de unos cartones y unos plásticos su sala de estar, su cocina o su dormitorio. Ayuda dolorosamente a calzarse sus machacados zapatos leer a alguien como Lolo, uno de los usuarios de estas instalaciones, en las páginas de nuestro periodico: «Llegué aquí destrozado. Entras desconfiado, sin amigos, sin saber convivir. Estaba acostumbrado a que alguien me echase algo o a que me dieran una paliza».

Por todo ello, les animo a que por solidaridad y por egoísmo -no se nos olvide que los mazazos de la vida pueden mandar a cualquiera a una cama de adoquines- colaboremos con lo que podamos con la campaña ‘Esta Navidad nadie sin hogar’ , de Cáritas Córdoba, para las personas ‘sintecho’. Está en nuestra mano, literal, porque se puede donar desde el móvil (Bizum: 33581).

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