PRIMERA PLANA

La inyección

Necesitamos lo más rápido posible la vacuna que salve vidas, pero también la actividad de muchos negocios

Imagen de un local en alquiler en la calle Cruz Conde de Córdoba VALERIO MERINO
Baltasar López

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Las Navidades más raras en décadas acaban de quedar atrás. Los niños estiran las horas de este jueves disfrutando de los juguetes que les han dejado los Reyes Magos, antes de volver mañana al colegio. No les sucede lo mismo a los 79.981 parados con los que la provincia ha cerrado 2020 –son 13.160 más que a la conclusión de 2019 (+19,7%)–. Ellos no tienen un empleo al que regresar tras unos días de vacaciones en Pascuas. Sus Majestades atravesaron nuestra tierra sin darles el regalo que más anhelaban: una ocupación con la que ganarse la vida.

Entre ellos, los hay que tienen tristemente experiencia en ver cómo Melchor, Gaspar y Baltasar pasan de largo sin que les dejen un puesto de trabajo . En Córdoba, 36.705 personas llevan apuntadas a las listas del SAE más de un año . Tenían la vida infectada por esta lacra antes de que el Covid irrumpiera en nuestras existencias. Para ellos, la pandemia es una dolencia añadida que les pone aún más cuesta arriba lo de encontrar un curro con el que ganarse la vida.

Pero también hay desempleados a los que sí ha sido el coronavirus el que les ha enfermado laboralmente . Baste reseñar que el colectivo de quienes llevan entre nueve y doce meses parados –ahí están los que vieron sus trabajos arrasados por el primer tsunami del Covid- ha crecido en el último año un 156%. A 31 de diciembre, son 12.242 cordobeses cuando 365 días antes eran 7.462 menos. Son los que ven cómo las semanas pasan y la cura para sus anémicos bolsillos no llega .

A todos ellos hay que sumar los 6.690 trabajadores de la provincia que tienen diagnosticada la incertidumbre de estar inmersos en un ERTE . Estos datos producen un hondo abatimiento al ver a tantos paisanos sin algo tan básico para poder tener una vida digna como contar con una ocupación. Estos 80.000 dramas no hacen otra cosa que reforzar mi esperanza en que la vacuna no sirva sólo para blindar nuestros cuerpos ante el coronavirus, sino también nuestra economía , que tradicionalmente no puede aguantar ni un catarro como para soportar una epidemia. Es preciso que las autoridades echen el resto para que el proceso de inmunización sea lo más rápido posible . Necesitamos esa inyección que salve vidas, pero también la actividad de muchos negocios. Esto último será el mejor tratamiento para que volvamos a debilitar nuestro crónico desempleo y vayamos extirpándole lo más rápido que podamos cordobeses que están atrapados en él.

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