Primera plana
Feria: como si no hubiera un mañana
Si algo nos ha enseñado esta maldita epidemia, es que el futuro puede tardar en llegar tres años
Plano de la Feria de Córdoba 2022: mapa de todas las calles y casetas
Feria de Córdoba 2022 | Todo lo que tienes que saber
Cuando los cordobeses acabábamos de dejar atrás el Real en 2019 , cada uno contaba la Feria según le había ido en ella. Estaban los más jóvenes que rememoraban un maratón de noches de fiesta; los que aún tenían grabadas en sus retinas esas comidas con familia y amigos que se prolongan en un fantástico ‘tardeo’ de caseta en caseta; los que encontraron o perdieron -que en las cosas del corazón todo puede pasar- en una sevillana el amor; los pequeños que aún llevaban los ojos encendidos con las luces de los cacharritos; los que, después de abrir o cerrar el Arenal casi todos los días, se hacían la promesa, más falsa que una de esas que formulamos tras las campanadas, de que el año que viene no lo pisaban...
Pero lo que a ninguno se nos pasaba entonces por la cabeza es que en 2020 no íbamos a tener ese descomunal recreo que son los festejos de Nuestra Señora de la Salud . Se nos antojaba imposible que algo -un virus iba a ser- nos pudiera enfermar sin remedio las ganas extra de divertirnos que nos recorren el cuerpo cuando en esta ciudad atisbamos la recta final de mayo. Pero sucedió.
El coronavirus nos apagó la Feria de 2020 y la de 2021 -eso y otras cosas mucho más graves, que hoy no quiero recordar para que no me dé el bajón-. Por eso, cuando en la noche del viernes al sábado las 60.000 luces de la portada se encendieron, no fue un botonazo más. Ese pórtico deslumbrante es el faro gigante que nos llama y nos guía con más fuerza que nunca hacia el Real para que, durante algo más de una semana, intentemos olvidarnos de todo lo vivido en esta larga pesadilla del Covid y darle a la pausa a nuestros problemas. En este 2022, disfrutemos con especial intensidad de los festejos de Nuestra Señora de la Salud. Este año, llevaremos mejor lo de tragar polvo en el Arenal; los ‘viajes’ que le daremos a la cartera en la calle del Infierno o que la inflación también se haya invitado a los precios de las casetas.
Gocemos de estos días de fiesta como si no hubiera un mañana. Porque, si algo nos ha enseñado esta maldita epidemia, es que el mañana puede tardar en llegar tres años , como nos ha pasado con la Feria, o desgraciadamente no arribar nunca.
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