Primera plana
Carteras en combustión
El descuento de las gasolineras nació en medio de una situación convulsa: las protestas de los transportistas
El Gobierno rechazó la conexión de Sierra Boyera con Puente Nuevo en el norte de Córdoba por su alto coste
En ABC, publicamos el domingo una información que pone cifras a la combustión que sufren las carteras de los cordobeses cuando se acercan a un surtidor. En el último año, el acelerón del precio medio en la provincia de la gasolina de 95 ha sido del 39,5% y en el gasóleo, del 45%. A la bonificación de 20 céntimos por litro que activó el Gobierno central el 1 de abril le ha adelantado con creces el aumento del coste de la gasolina de 95: desde que se aplica el descuento, su valor se ha elevado 28 céntimos . En el caso del diésel, su coste ha calcinado ya el 70% de la bonificación.
Podríamos entrar aquí en un eterno debate sobre la (in)utilidad de esta medida. Pero prefiero centrarme en hechos que no pueden ser rebatidos. El descuento nació en medio de una situación convulsa : con los transportistas colapsando España. Al Ejecutivo, con esos reflejos de gato de escayola clásicos en nuestra clase política, se le hizo larga la protesta, pero al final logró sofocar el conflicto. Entre las medidas acordadas el 25 de marzo, estaba la bonificación de 20 céntimos para los camioneros , que tres días después se comunicó que se extendía a toda la población .
Ese anuncio se hizo un mes después de que estallara la guerra de Ucrania que se sabía que iba a agravar la subida de los combustibles que arrancó antes, y, aunque hubo tiempo para ello, el Gobierno no se estrujo los sesos. Ante un país impactado por el conflicto bélico y en el que crecía el descontento, apostó por barra libre de populismo . Llenó el depósito de los disparates : un señor de El Viso, barrio madrileño con la renta anual por habitante más alta de España (42.107 euros), tiene el mismo descuento que un paisano nuestro que reside en Las Palmeras, sexto enclave más pobre de la nación (7.361).
Carburante suficiente para alimentar las críticas a esta medida y que han llegado de voces tan dispares como la de la vicepresidenta segunda , Yolanda Díaz, y la del Banco de España . La guerra implica asumir sacrificios como pagar la gasolina más cara . Pero esa factura no se debe ver gravada por un Ejecutivo encantado de haberse conocido e incapaz de hacer autocrítica cuando una decisión importante tiene una grave salida de vía.
Noticias relacionadas