REPORTAJE
Los balcones, hijos de un mayo menor
Los participantes en el certamen de rejas lamentan que los patios les dejan en segundo plano
«No hay derecho a que siempre se hable tan poco de nosotros, como si no existiéramos: oiga usted, que yo a mis casi ochenta años tengo que montarme en un andamio de tres cuerpos para colocar las plantas», se queja Marcelino Calzado, el dueño de la vivienda del número 3 de la calle Manuel Soro «El Tinte», que ha ganado el primer premio del concurso de Rejas y Balcones. Los participantes en el concurso municipal de las Rejas y Balcones, que corre en paralelo al de los Patios, se sienten como los eternos hermanos menores de la fase más esplendorosa del mes de mayo cordobés por más que la suya sea una tradición que viene de tan antiguo como la que reina en la calle: la competición discreta de cuarenta y seis inmuebles que beben de la herencia de la convivencia en las casas de vecinos.
Con cuarenta años a sus espaldas bajo el techo de la casa, lleva tres décadas participando en el concurso. «Fue un vecino el que me convenció: ‘Hombre, da gusto mirar tus ventanas en mayo, es una pena que te quedes fuera’, me animó. Y me decidí.. y hasta ahora». Esa vez, en la que se estrenaba en la pugna por las distinciones, se llevó el máximo galardón. Y así hasta hoy.