El Ayuntamiento de Lucena deja ahora la puerta abierta al regreso del centro de día de enfermos mentales

El Ayuntamiento de Lucena ha enviado un documento a la Fiscalía de Córdoba reconociendo que envió una factura por la ocupación del local cedido a Faisem en la localidad de 5.805,10 euros por los meses de enero a junio tras no haber prosperado las negociaciones sobre el modelo de colaboración. En este documento remitido al Ministerio Público -que como publicó ayer ABC tiene abierta unas diligencias informativas sobre el cierre del centro de día de enfermos mentales de Faisem en esta localidad-, el alcalde Juan Pérez, quiere aclarar que la emisión de la factura se produce después de que se hubiera materializado la salida de Faisem de Lucena, y reclaman asímismo, la entrega de llaves y el ingreso del importe aunque reiteran que « podría haber sido objeto de convenio de colaboración a suscribir entre el propio Ayuntamiento y la Fundación Faisem».

El escrito fechado el pasado 11 de agosto parece dejar abierta la posibildiad de que Faisem continúe en la localidad y si bien tuviera que hacer frente a ese pago de renta ésta, a su vez, podría ser conveniada de forma que se equiparara a la cesión gratuita del local.

Fuentes municipales reiteran a ABC que desde la Fundación Pública Andaluza para la Integración Social de Personas con Enfermedad Mental (Faisem), de la que forman parte varias consejerías de la Junta de Andalucía, no se han vuelto a poner en contacto con ellos para llegar a este acuerdo, por lo que se mantienen a la espera de que las llaves del local les sean devueltas, dejando abierta la posibilidad de «reconducir la situación» y que los 18 usuarios puedan hacer uso de estas instalaciones cerradas desde el pasado mes de marzo.

Por su parte, Faisem asegura que espera que los trámites burocráticos concluyan para que estos usuarios sean reinstalados en la casa de día de Cabra, que cuentan con la firma de los familiares de los usuarios afectados, donde ya hay trabajando dos monitoras más y una limpiadora. Mientras los enfermos continúan con sus familiares en sus casas, en un limbo burocrático.