RELIGIÓN
El Ayuntamiento de Lucena aprueba la petición de la declaración como BIC de la Santería
El Pleno del Consistorio considra un elemento diferenciador y singular la forma de portar los pasos en la localidad
La Santería, recogida en un museo
El pleno de l Ayuntamiento de Lucena aprobó el pasado martes, 31 de mayo de 2022, la declaración de la Santería en la localidad como Bien de Interés Cultural (BIC), en la modalidad de patrimonio cultural inmaterial, por parte de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.
Con el respaldo de todos los grupos políticos, el Pleno se manifestó a favor de la protección de la Santería como elemento diferenciador y singular de portar los pasos en Lucena . La petición se sustenta en la memoria impulsada desde la concejalía de Fiestas, Tradiciones y Costumbres redactada por Manuel Guerrero Cabrera, Antonio Rafael García Oliveros y Antonio Nieto del Espino , quienes han trabajado en la recopilación y argumentación de la solicitud.
En esta memoria, se detalla la Santería como una manifestación ya incluida en el Atlas de Patrimonio Inmaterial de la Junta de Andalucía y como la aportación más genuina de Lucena a la cultura andaluza en el tema de l a Semana Santa .
1.200 hombres dispuestos a santear
Entre la documentación recopilada, se estima la cifra actual de santeros activos en Lucena en torno a 1.200 hombres dispuestos a santear, al tiempo que sitúa su plenitud y desarrollo ininterrumpido desde finales del siglo XIX –con algunos elementos ya identificados en el siglo XVII —, desde cuando se impone la Santería como forma de conducir los pasos o tronos no sólo de Semana Santa, sino también en las festividades de Gloria .
Una vez aprobada en Pleno la solicitud, el Ayuntamiento de Lucena inicia la fase de recabar apoyos para engrosar el expediente a tramitar por la Junta de Andalucía. Se pedirán cartas de apoyo a otras administraciones y a entidades públicas y privadas en el ámbito de la religiosidad y el turismo.
En el transcurso del debate el portavoz de IU, Miguel Villa , solicitó la modificación puntual de la redacción de la memoria en aspectos relativos al lenguaje «nada inclusivo e innecesariamente masculino», relegando el papel de la mujer «al de mera cuidadora».