Patrimonio
El Ayuntamiento de Córdoba restaurará el altar a San Rafael de la calle Lineros antes de que acabe 2021
Urbanismo tiene listo el expediente de conservación artística y ultima el del soterramiento de los cables, que precisará de una inversión cercana a los 45.000 euros
El Ayuntamiento de Córdoba está ultimando una actuación para remozar el altar de San Rafael situado en la esquina de las calles Lineros y Candelaria , que ha sufrido varios episodios de vandalismo en los últimos años. En total, se invertirán unos 45.000 de esta propiedad municipal que forma parte del patrimonio religioso de la ciudad de Córdoba
La Gerencia de Urbanismo (GMU) es la responsable de la intervención patrimonial, que se sustenta en dos expedientes , uno ya aprobado y otro pendiente de tramitación, de acuerdo a las fuentes oficiales de Consistorio consultadas por ABC.
El primer expediente adjudica la intervención a un equipo de restauradores especialistas en las piezas de carácter religioso, y cuya identidad el Ayuntamiento mantiene por el momento en reserva. Costará unos 15.000 euros, llevará tres meses de ejecución y un mes más para la restauración completa de las piezas.
Tendido eléctrico
El segundo se centra en una actividad previa sin la que no se puede acometer el remozamiento: se trata del soterramiento de los clables del tendido eléctrico que se sitúan en la parte superior y a la derecha del conjunto monumental en homenaje al Custodio de la ciudad cercano a Bodegas Campos . Costará unos 30.000 euros y un mes y medio de trabajo.
La intención de la Gerencia es que la limpieza y adecentamiento del altar de la calle Lineros se quede lista este 2021 , pues los trabajos, cuyo coste tiene que cerrarse aún, no se prolongarán más de un mes y medio.
El retablo en cuestión está compuesto por tres hornacinas simuladas en la pared, con San Rafael en el centro y sus flancos San Acisclo y Santa Victoria .
Consolidación
El proyecto arquitectónico permitirá consolidar y salvar esta obra , que presenta daños tan evidentes como pérdidas de pintura y desconchones , tanto en el retablo en sí como en su entorno inmediato, al margen de otros que puedan ser menos visibles para el espectador.
El retablo es obra del pintor Antonio Monroy en 1801 y sustituyó a otro anterior que se destruyó por manos vandálicas y desconocidas. Sobrevivió al decreto del jefe político Iznardi , que en 1841 suprimió los muchos altares callejeros y humilladeros que existían en la ciudad. En los últimos años ha necesitado restauraciones también por la acción de pintadas y actos vandálicos.
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