TRIBUNALES

La Audiencia de Córdoba le condena a 17 años de prisión por intentar asfixiar a su ex delante de su hijo

El tribunal le condena por maltrato, quebrantamiento, amenazas, allanamiento, lesiones, daños y tentativa de homicidio

Imagen de archivo de un hombre maltratando a una mujer ARCHIVO

P. GARCÍA-BAQUERO

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a 17 años de cárcel a Ayub K ., de 26 años , por hasta siete delitos todos encaminados a maltratar a la madre de su hijo de dos años , a la que intentó estrangular y a la que según la sentencia había pretendido durante los ocho años de relación «dominarla».

El fallo, facilitado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) a ABC, recoge como hechos probados que durante ocho años en el trasncurso de la relación con la víctima, con la que tiene un hijo de dos años, ha mostrado una conducta despótica y desconsiderada hacia ella. Su voluntad, según el tribunal, ha pretendido en todo momento dominarla, considerando el acusado a su compañera como una pertenencia suya, abocada siempre a someterse a sus caprichos. Para alcanzar tal objetivo, el acusado usaba diferentes estategias como el maltrato físico hacia ella o hacia sus pertencencias, como rajar con un cuchillo un sofá o destrozar móviles, junto con insultos constantes, y su intento por asilarle de su familia. Este comportamiento le ha generado un trastorno asioso-depresivo y de estrés prostraumatico.

Condenado anteriormente por delito de maltrato, lesiones o amenazas ya tenía una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima desde 2013 por un período de 8 años, con lo que en el momento de los hechos el verano de 2018 aún estaba en vigor. Sin embargo, jamás ha respetado esta orden, mandando mensajes a la madre de su hijo, telefoneándole pdiéndole ver a su hijo, manipulando el móvil de la víctima a la que le obligaba a borrar sus llamadas y mensajes, además de configurarle un dispositivo de geolocalización GPS para controlar dónde estaba ella en todo momento desde el móvil.

El 30 de agosto, al regresar del parque de Turruñuelos de la capital a su casa, la víctima se encontró con el acusado, que se abalanzó sobre ella golpeándola contra el suelo y propinándole una patada para luego arrebatarle el móvil y tirarlo al WC. Las secuelas de esta paliza tardaron 15 días en curar.

El siguiente episodio violento que el tribunal considera probado ocurrrió sobre las 21.00 hroas del 6 de septeimbre de 2018 cuando el acusado llamó a la víctima para ver a su hijo y, despues de pensarlo, ella accedió a que viera a su hijo esa noche para que cenara con él y luego se marchara.

Cabezazo en la ducha delante de su hijo

Sin embargo, sobre las 22.00 horas de ese día el acusado se presentó en el domicilio de la víctima y su hijo que se iba a duchar en ese momento, y luego se marcharía. Como no fue así, ni trajo la comida que había dicho llevar para compartirla, ella le recordó su promesa de marcharse a lo que él le pegó de repetente un cabezazo a su frente, por lo que ella pidió ayuda gritando «Policía, Policía», lo que causó inquitud en el acusado y le agarró por el cuello con el antebrazo derecho, conminándola a que dejara de chillar, hasta que ella comenzó a tener espasmos por asfixia , y éste la liberó.

Luego, viendo el daño que le había causado en la frente y ante el temor de ser encarcelado, la víctima se asustó y lo calmó ante el miedo a que la matara para apaciguarlo diciendole que no lo denunciaría, por lo que le hizo borrar todos los whatsapp del móvil antes de marcharse, amenazándola de que le matería a ella y a su familia «entre o no en la cárcel te mataré cuando salga».

Al día siguiente la víctima fue a denunciar la agresión ante la Policía de lo cual tuvo conocimiento el acusado al saber la posición de la víctima a través del GPS . Como no había cumplido la promesa, se irritó y decidió acabar con la vida de ésta.

Al regresar la joven a su casa junto a su hijo después de ir a la Policía, como tenía temor, avisó a dos amigas para que pasasen la noche con ella . Así que ambas se presentaron en el domicilio y pidieron pizzas.

Sobre las 22.35 horas, sonó el porterillo y pensaron que era el telepizzero, por lo que tras ver que era el repartidor abrieron la puerta de la urbanización. Apenas 5 minutos despúes sonó el timbre de la puerta y pensaron que era el repartidor, por lo que abrieron la puerta pero era el acusado que entró impetuosamente. El acusado se fue para el salón donde la mujer estaba con su hijo en brazos haciendo caer al suelo a ambos y colocándose sobre la espalda de la víctima diciéndole «te voy a matar», inició una maniobra de estrangulamiento , golpeando la cabeza contra el suelo.

Una de las amigas cogió al niño y salió de casa a pedir ayuda mientras la otra intentaba sin éxito socorrer a su amiga, incluso con un cepillo de barrer y tirándole un elefante de cerámica , sin éxito.

Al instante, el acusado le dio la vuelta a la víctima oprimiendo con sus dos manos el cuello practicándole una presa bronco-antebraquial que de haberse prolongado algunos minutos más le hubiera provocado la muerte, porque sí logró que se desvaneciera.

En este momento, mientras forcejeaba con la amiga de la víctima, ésta logró coger un trozo del elefante de porcelana del suelo y herir en el costado al acusado , queien al verse herido, abanonó la vivienda descalzo sin zapatillas, dejando éstas en la vivienda.

El tribunal considera que la presa braquial-antebraquial por el acusado representó un manifiesto riesgo de asfixia tanto para el aire a los pulmones como por su potencialidad de interrumpir el flujo sanguíneo al encéfalo.

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