PATRIMONIO
Un atajo psicológico hacia Medina Azahara
La asociación en defensa de la ciudad palatina presenta un proyecto para integrarla mediante una mejora de los accesos
Unos quinientos metros. Es la distancia aproximada que hay que recorrer para atravesar de punta a punta la avenida Ronda de los Tejares . Algunos metros menos de los que mide la avenida del Gran Capitán , bulevar incluido. Aunque no lo parezca, también son los que separan el centro de interpretación de Medina Azahara de su acceso desde la carretera de Palma del Río . Sin embargo, mientras que los recorridos antes mencionados se pueden realizar gustosamente a pie mediante un rutinario paseo, el camino hacia la ciudad palatina no puede completarse al no existir viales que permitan hacerlo con seguirdad . Actualmente, al museo sólo se puede llegar en vehículo privado.
Los Amigos de Medina Azahara , asociación en defensa del conjunto arqueológico, han presentado el proyecto « Caminando a Medina: Distancia física y mental », que propone una mejora de los accesos al conjunto arqueológico. La propuesta, elaborada por los arquitectos Pedro Caro y Manuel Pedregosa , parte de la idea de que la distancia física que separa al ciudadano del yacimiento es mucho más corta que la misma «distancia mental». Es decir, que existe la sensación de que está mucho más lejos porque no está integrada. Y esa barrera psicológica puede romperse mediante una mejora de los accesos que permita a cualquiera llegar en bicicleta o a pie.
El planteamiento es una mera propuesta impulsada por la asociación, que pone de su parte para sacar brillo a una joya como Medina Azahara . En la actualidad, el transporte está resuelto hasta el yacimiento, pero hay un tramo de unos 500 metros que sólo puede hacerse en autobús turístico -que hace el trayecto dos veces al día- y mediante el transporte privado. Se trata del espacio que va desde el cruce con la carretera de Palma del Río y el acceso al centro de interpretación.
Los arquitectos redactores del proyecto han diseñado una intervención sencilla que serviría para acondicionar el vial dotándolo de dos aceras , mejorando la seguridad de peatones y ciclistas, para que cualquier persona pueda hacer el trayecto completo desde la ciudad sin tener que recurrir a su vehículo a motor. No requeriría de una gran inversión económica. Actualmente, según los arquitectos, hay tres metros a cada lado de la carretera que no se utilizan.
La solución que plantean es una intervención sostenible y no invasiva con el subsuelo, basada en la colocación de losas sobre las cunetas. Serviría además para hacer más amable esta ruta, que puede incluso convertirse en un atractivo añadido: un agradable paseo con la Sierra al fondo con el objetivo último de que la ciudad soñada de Abderramán III se integre al fin con la ciudad.