Iniciativa del Ayuntamiento

Un asentamiento rumano por dentro

ABC visita un campamento, el de Pérez Giménez, tras el anuncio del plan municipal para mejorar su situación

Aspecto que presentan parte de las viejas instalaciones de Laboratorios Pérez Giménez V. MERINO

B. LÓPEZ

Un niño muy pequeño juega entre los cascotes de un edificio en ruinas, junto a una montaña de desechos. Es... Córdoba. Para más señas, el asentamiento rumano de la antigua, y totalmente destartalada, sede de Laboratorios Pérez Giménez en el polígono de Chinales. El tercer mundo aún habita en puntos del primero. En la capital, en concreto, en entre 16 y 20 campamentos rumanos, según un informe de 2015 de la Delegación en Córdoba de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha) , que mantiene toda su vigencia.

Es el ámbito en el que actuará la Concejalía de Servicios Sociales, de acuerdo a su anuncio del lunes. Será un plan de integración para estos enclaves . Se prevé limpiarlos, se les pondrán contenedores y se intentaría habilitar fuentes. Y se ofrecería a quienes habitan allí servicios sociales. Los asentamientos deberían rubricar contratos éticos y, a cambio, se comprometerían a labores de mantenimiento o a implicarse en un proceso de integración. Uno de esos campamentos es el de lo que fue Pérez Giménez, hoy en proceso de liquidación, y al que acudió ayer ABC [puedes leer el reportaje íntegro en la edición de papel de hoy o en Kiosko y Más ].

Cuando uno llega a la glorieta de acceso a lo que fueron los laboratorios , le recibe el espectro del magnífico edificio cilíndrico en forma de pastilla del afamado arquitecto Rafael de La-Hoz y una rata que corretea ante la valla tumbada. Segun cuentan los moradores de este asentamiento allí viven cerca de medio centenar de personas , incluidos mucho niños, «sin luz y sin agua».

Vivir de la chatarra y de pedir

En esas condiciones infrahumanas, llevan viviendo de dos a tres años. Y, por increíble que parezca, su situación puede ir aún a peor. Mario, un joven que vive en el campamento, y una mujer mayor explican, y muestran los papeles, que hace una semana les comunicaron que el 4 de abril deberán dejar la vieja farmacéutica . Así, lo ha ordenado un juez . Mario lanza una pregunta al aire sin respuesta: «Si nos echan de aquí, ¿dónde iremos? Tenemos un niño» . Debe ser Javi, un bebé que corretea por allí. Explica que viven de la chatarra, los cartones y del papel que venden. «Y de pedir», añade una joven mujer.

Moverse unos metros es hallar a Tudor . Hace tres semanas, explica, desde el Ayuntamiento «nos dijeron que limpiarán aquí; y agua también [se entiende que es que les van a poner una fuente; algo sencillo a priori al estar en un polígono]». Cuando se le interroga por el hecho de que el Consistorio pida en contrapartida que conserven este espacio adecentado, salta Tudor: « ¿Mantenerlo? Claro . Me da coraje. Nosotros no somos tan guarros . Como lo van a dejar limpio y luego nosotros vamos a tirar....».

Al PP le ofrece dudas el plan de integración de asentamientos

Ahora bien, la peculiaridad de su actividad hace que recuerden que, si les dejan una «cuba grande» como les han dicho, necesitarán a las dos o tres semanas llamar para que se la lleven.

En el Ayuntamiento, al PP el programa de la Concejalía de Servicios Sociales de integración de los asentamientos rumanos le despierta recelos. Su portavoz municipal, José María Bellido, advirtió de que los casos de infravivienda «no se pueden atajar con contenedores o adecentando el entorno» . A su juicio, se requieren «compromisos para su eliminación; en el sentido de dotar a las personas que sufren la infravivienda de unas condiciones de vida más dignas».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación