Asaja Córdoba cuestiona el cambio climático y carga contra el «ecologismo barato»

La patronal agraria Asaja se siente atacada por los movimientos de defensa del medio ambiente y ha reaccionado con una respuesta airada ante lo que su presidente, Ignacio Fernández de Mesa , considera «injusticias» procedentes del «ecologismo barato». Según este agricultor con 40 años de experiencia, «dicen que somos generadores de basura y depredadores del suelo », en alusión a una parte del activismo verde que alcanzó notoriedad en la última Cumbre del Clima celebrada en Madrid.

Para empezar, Fernández de Mesa dijo ayer que «pongo en tela de juicio» los datos que apoyan el calentamiento global, para lo que citó registros climatológicos del Aeropuerto de Córdoba y su propio trabajo de cuatro décadas en el campo. En este sentido, el empresario considera que «es fácil dramatizar» en un asunto en el que «hay intereses ocultos importantes».

Fernández de Mesa afirmó que «el cambio climático hay que llamarlo de otra manera» y criticó que «se ha convertido en una verdad oficial ». Lo que en realidad teme Asaja es que esa visión termine plasmándose en leyes, regulaciones y prohibiciones promovidas por la UE y el Estado y que afecten a la agricultura . «Lo que da miedo son las consecuencias normativas como consecuencia de este medioambientalismo barato», resumió el presidente de la patronal. Y no se quedó ahí, al cargar también contra los gobernantes: «Me da miedo el mal clima, pero mucho más miedo lo que los políticos hagan con la agricultura por las mentiras que se están diciendo contra nosotros».

Un ejemplo de lo que Asaja considera como influencia del ecologismo en las políticas agrícolas es la reducción en el uso de los fitosanitarios o incluso la próxima reforma de la Política Agraria Común , en la que «un 40 por ciento tiene que ir como apoyo al medio ambiente y a cosas que no son la productividad».

Frente a ese paradigma , la Asociación de Jóvenes Agricultores ofreció datos que avalan el impacto positivo de la agricultura en el medio ambiente. Así, tan sólo los árboles frutales de cítricos de la provincia de Córdoba absorben cada año el equivalente a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de 45.000 coches. Y cada olivo capta dos kilos de la misma sustancia al día, por lo que la agricultura es capaz de asumir sus propias emisiones. Sin embargo, «cuando se habla en conjunto parece que todo el sector agrícola es contaminante. Es mucho más lo que capta de lo que aporta en cuanto al dióxido de carbono », según los datos ofrecidos por Fernández de Mesa.