Cultura
Arte urbano en Córdoba: la creacion plástica se echa a la calle
El muralismo crece y cada vez son más los artistas cordobeses que eligen este medio para expresarse
![María Ortega pintando en lo alto de grúa en el Sector Sur de Córdoba](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2022/02/20/s/arte-urbano-cordoba(1)-kamB--1248x698@abc.jpg)
El ser humano pinta en los muros desde la noche de los tiempos, cuando en las cuevas los hombres y mujeres primitivos entretenían las horas a la luz del fuego. Más elaboradas, las pinturas murales fueron esenciales también en las casas romanas, por lo que es de suponer que Corduba tendría finos artistas en este arte ya desde entonces.
En la actualidad, la pintura mural callejera , el ‘urban art’, vive igualmente un momento de eclosión y poco a poco los muros de ciudades y pueblos se van llenando de pintura y arte, que nada tienen que ver con las tristes pintadas ilegales que infectan las calles y que no dejan de ser vandalismo. El muralismo, bien al contrario, es una forma de dar vida y singularizar espacios anodinos y de acercar el arte a personas que jamás entrarían en una galería o en una sala de exposiciones.
Los artistas cordobeses que se dedican al muralismo se pueden calificar en dos grandes grupos. Por una parte, los que vienen del mundo del grafiti y que con el paso de los años entendieron que esa forma de expresarse tenía que ir más allá de escribir letras y signos .
![Sake Ieneka pintando con espray y protector](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2022/02/20/s/arte-urbano-cordoba(2)-klfC--510x349@abc.jpg)
De otro, los creadores que empezaron en la pintura convencional y la formación académica , pero que luego le fueron cogiendo el gusto a pintar en la calle y en superficies enormes, imposibles para el papel o el lienzo. Los primeros son los magos del espray , la técnica habitual del grafiti, mientras que los segundos tienen más a utilizar la pintura plástica. En cuanto a los temas, los que más suelen gustar son los realistas, pero también abundan los menos figurativos.
La gente se acerca
Del mundo del grafiti proviene por ejemplo el artista baenense Sake Ieneka , que ha obtenido galardones en numerosos concursos y que en Córdoba tenía hasta hace poco un retrato de una niñas con mascarilla en el Teatro Góngora.
También Guillermo Herrera Kalama , un pintor cordobés que empezó pintando en las calles y acabó años después en la Facultad de Bellas Artes . Ieneka explica que le gusta pintar al aire libre porque «siempre pasan cosas, la gente se acerca y te habla», aunque reconoce que los muralistas son «una especie de albañiles, ya que nos subimos a grandes grúas de 10 metros con frío o con calor».
Reconoce que hace cinco años sintió que debía avanzar y por eso se atrevió con el urban art, siempre desde una perspectiva realista y con especial interés por los retratos y los animales. En el caso de Herrera, el grafiti llegó como extensión del hip hop , estilo musical al que estaba vinculado desde su adolescencia, y tras estudiar Bellas Artes ahora combina el urban art con la obra de estudio.
«Me gustan los retratos , y mi estilo se basa en lo grotesco, con influencia de la ciencia ficción», explica. Del muralismo señala que su complejidad, dadas sus grandes proporciones y el modo en el que influyen la luz y el calor, se compensa con «la energía que transmite la calle y que yo prefiero a la intimidad del estudio».
![Almudena Castillejo en una de sus coloridas intervenciones](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2022/02/20/s/arte-urbano-cordoba(4)-klfC--510x349@abc.jpg)
Caso contrario al de Ieneka y Kalama es el Almudena Castillejo o Clara Gómez Campos , que primero comenzaron pintando sobre otros soportes y ahora lo compatibilizan con el urban art. Ambas trabajan ahora en el proyecto ‘Naranjas y medias’, organizado por la Concejalía de Juventud, y que consiste en realizar varios murales en homenaje a Romero de Torres en el Campo de la Verdad. Castillejo, que está versionando allí el célebre San Rafael de Julio Romero, explica que «el mejor museo que existe es la calle y trabajar en ella te da muchísima adrenalina».
Los autores vienen del mundo del grafiti o de la pintura convencional y subrayan la importancia del contacto con los vecinos
«La gente se acerca a ti, te cuenta sus historias y al final haces amistades», explica. En su caso, empezó haciendo instalaciones callejeras con dibujos y pinturas que pegaba a paredes y árboles, pero luego dio el pasó al mural. «La dimensión te da muchísimo, pero siempre hay que seguir aprendiendo», explica la artista.
Caso similar es el Gómez Campos, que está realizando una versión de la pintura que hizo Julio Romero para la Unión Española de Explosivos y en el que aparecía una mujer con una pistola. Clara explica que su primer mural fue en 2021, cuando Sara Moyano la invitó a trabajar en el mural de la piscina de la Fuensanta .
![Clara Gómez Campos con la brocha en uno de sus murales](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2022/02/20/s/arte-urbano-cordoba(5)-klfC--510x349@abc.jpg)
«Era muy distinto a todo lo que había hecho, porque aquí trabajas con planos de color y no tanto con el detalle y lo pequeño, por lo que tienes que simplificar», explica. Gómez Campos se mantiene en sus trabajos fiel a la pintura plástica, mientras que en sus obras, en las que lo icónico cobra fuerza, conviven pasiones suyas como las calaveras y la cultura de la muerte o el salmorejo.
La joven artista dice que lo mejor de pintar en la calle es el contacto con la gente y recuerda que el mural de la Fuesanta fue emocionante. ya que en su realización participaron los vecinos.
![Guillermo Herrera ‘Kalama’ trabajando también con espray](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2022/02/20/s/arte-urbano-cordoba(6)-klfC--510x349@abc.jpg)
Más veterana en este tipo de proyectos es la pintora María Ortega , que comenzó haciendo un mural comunitario en el desierto del Sáhara hace 15 años. «Es algo que tiene un gran poder y me enganché», explica la pintora. En su caso, la temática que aborda es una poética de la naturaleza y utiliza tanto pintura plástica como espray.
«Yo lo que he hecho es adaptar las técnicas a mi propio lenguaje », explica. Suyo es el gran mural del Sector Sur que ilustra estas páginas en su zona central y que pintó subida en una enorme grúa. «Era a finales de mayo y hacía calor, y en este tipo de pintura la luz te pone dificultades , pero todo ese proceso me interesa muchísimo», explica Ortega, que, al igual que el resto de artistas consultados, ha encontrado en el muralismo un territorio de arte. También de retos. Y quizá lo más importante: de libertad .