Mario Flores - EL DEDO EN EL OJO
El arte de no gastar
La Diputación ha dejado sin ejecutar el 37% de sus partidas de gastos durante este año
Cuando no hay porque no hay, y cuando hay porque no se gasta . Esta irritante proposición refleja el estado de cosas que pueden crispar a cualquiera.
Hemos tenido noticia de que en este año 2016 que toca a su fin, la Diputación de Córdoba ha dejado sin ejecutar el 37% de los 261 millones de euros de crédito disponible en su presupuesto, lo que equivale a 53 millones de euros que han dejado de invertirse en cuestiones que habrían hecho prosperar a la provincia y a sus habitantes.
La cosa va como sigue: ni un euro dispuesto de los 300.000 disponibles para un programa de empleo juvenil consistente en prácticas profesionales en otros países europeos; ni un céntimo de los 175.000 euros utilizables se han destinado a un programa de simulación de empresas (mejor que simular empresas ya podríamos crearlas, pero eso es harina de otro costal); ni un durito gastado para un programa de f omento de empleo (Cordobapraxis) aún cuando se disponían de 155.000 euros para ese fin ; 1.000.000 de euros destinados a adquisición de equipamiento de Protección Civil en los ayuntamientos de la provincia olvidados en un cajón sin uso alguno; 400.000 euros destinados a compra de vehículos durmiendo el sueño de los justos en algún despacho; solo 3,1 millones de euros de los 11,7 disponibles para reposición y mejora de carreteras utilizados para tal fin y 400.000 euros destinados a expropiación de terrenos para construcción de depuradoras criando telarañas alegremente.
A mí que me lo expliquen. Viendo la actitud caprichosa e irresponsable de estos funestos gestores con despacho en Plaza de Colón, 1 me viene a la mente, por asociación de ideas, la imagen de ese niño antojadizo que llora por la piruleta hasta cansar a sus papás y cuando por fin se la compran dice que ya no la quiere. Igual que en el caso del tierno infante a cualquiera le da ganas de estrangular su blando pescuezo, así le pide el cuerpo a uno coger a los responsables políticos de Diputación y apretarle el gaznate hasta que pidan clemencia .
Durante muchísimo tiempo venimos escuchando el canto monocorde de estos políticos que, como mantra, proclaman a los cuatro vientos que los recortes nos asfixian a todos y que han supuesto el estrangulamiento de los derechos de la ciudadanía. Bien estaría si ello fuera completamente cierto pero es que, como siempre, la realidad les fustiga con la tozudez de los hechos .
Si hay presupuesto, si hay proyectos y si existen necesidades, ¿quién es el responsable del desafuero de no invertir los recursos en los fines destinados y permitir que se deje sin ejecutar el presupuesto? Y para hacer redondo el despropósito el borrador del presupuesto de 2017 contempla las mismas partidas que no se han ejecutado; ya hasta intuyo al baranda de turno conteniendo la risa que le produce el tomarle el pelo a los cordobeses con tanto descaro.
Tal vez se trate todo de un juego de espejos que deriva finalmente en un bucle melancólico. Es ese mismo bucle que queda configurado como el modus operandi de unas administraciones local, provincial y regional que no aplican bien los recursos, que no administran bien el presupuesto (no olvidemos el millón de euros perdidos por nuestro ayuntamiento para obras ), que no conocen de realidades más allá de las irrenunciables líneas ideológicas partidistas y que, como corolario, nos mantienen sumidos en el furgón de cola de España y de Europa. Pero siempre hay una excusa, un «yo no he sido, que ha sido Manolo que es muy bestia ».
Y nadie asume responsabilidades, ni se producen dimisiones, ni se plantea nada.