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Arroyo del Moro, la nueva zona de oro de Córdoba

La Ciudad de la Justicia eleva el precio de alquiler y venta ante la previsión de una mayor actividad económica

Vista de las obras de la Ciudad de la Justicia, con el barrio alrededor VALERIO MERINO

J. M. C.

«Cuando la Ciudad de la Justicia empiece a funcionar te subo el alquiler ». Estas palabras, que no son ficticias, demuestran a las claras el «boom» que va a suponer esta infraestructura para una zona de la capital que estuvo a punto de morir de languidez durante los peores años de la crisis y que tiene ahora la oportunidad de pujar y florecer hasta convertirse en un motor económico y social del Distrito Noroeste. De hecho, entre los operarios de esta actuación y los locales del entorno se ha creado una especie de relación simbiótica fruto de la cual ya se ha dado a conocer una fecha posible para rematar la faena: entre marzo y mayo de 2017 .

«Las obras han tardado mucho en comenzar, pero ahora van a muy buen ritmo y están muy avanzadas», explica María del Carmen Morales , responsable de la papelería ubicada justo delante de los carteles que anuncian la obra, en la calle Isla Formentera . Su situación es la de aguantar atrincherada a que lleguen tiempos mejores cuando se inaugure el edificio, pero por el camino ha tenido que hacer sacrificios. Ahora está a verlas venir con la llegada de los cientos de funcionarios que ocuparán la nueva sede, ya que supuestamente en material de papelería y en materia de fotocopias le puede beneficiar la actividad de la Ciudad de la Justicia. «Prácticamente los únicos que nos mantenemos en pie y sin caer somos los que desde un principio éramos propietarios de los locales ; los demás, que están de alquiler, han ido llegando y se han ido constantemente», afirma para añadir que «han sido dos años, por ahora, pasándolo fatal».

Menús y restaurantes

Entre el resto de comerciantes hay un poco de todo. Desde el que asegura que «siempre me ha ido bien», como es el caso de Bartolo, que regenta junto a su familia un bar en la misma vía que la anterior, y que considera que la Ciudad de la Justicia le ira ir «igual de bien», hasta el punto de que ni siquiera prevé poner menú para la llegada masiva de funcionarios a su zona . Él es también propietario. Muy al contrario, Juan de Dios Roldán , gerente de la pizzería Focaccia , tiene menú, así como reparto de comida a domicilio, y mantendrá ambos servicios cuando la Ciudad de la Justicia se ponga a funcionar. «Nos va a repercutir positivamente tanto en desayunos como en comidas, a pesar de que eso lleva dentro cafetería y restaurante », expuso.

Las principales dudas están en lo que pasará con los aparcamientos

En su caso concreto es de esperar que lo comido sea por lo servido, porque su casero ya le ha avanzado una subida del alquiler de entre 700 y 800 euros . «Ahora mismo la zona no tiene vida suficiente como para mantenernos a todos», afirmó. Y por eso se aferra a la nueva infraestructura como si fuera su tabla de salvación. Fernando Burgos , del bar Dharma , lo tiene todavía más claro. «Si me he metido en esto es por la Ciudad de la Justicia, única y exclusivamente». En ese negocio lleva aguantando un año y ocho meses, pero significa una inversión en la que cree , porque piensa que el barrio se va a revitalizar por completo. Además, no teme a la competencia, porque prácticamente todos los locales de la zona están ya cubiertos, y a él le ha llegado la noticia de que el nuevo edificio carecerá de elementos de hostelería.

Desde hace dos años el precio de las viviendas ha subido de media unos 12.000 euros , según comentaron varios vecinos y propietarios de locales. Pero la situación está francamente difícil para la cantidad de abogados que se acercan a la zona en busca de un espacio donde ubicar sus despachos. Algunos ya lo han conseguido, pero la mayoría regresa de vacío o con promesas futuras de que cuando la Ciudad de la Justicia se abra podría haber un hueco para ellos. La Ciudad de la Justicia tendrá sus propias plazas, pero la zona azul provocará una intensa búsqueda de aparcamientos fijos, «y ahí también hay negocio».

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